¡Sálvese quien y como pueda!

Opinión
'¡Sálvese quien y como pueda!'
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Las tendencias autonómicas otoño-invierno para la pandemia serían una pasarela magnífica de la España plural... si no fuera porque estamos hablando de una enfermedad global de dramáticas consecuencias sanitarias que, además, está arrastrando a un gravísimo colapso económico.

Pueblos, ciudades medianas y grandes capitales se aprestan, con mayor o menos fortuna, a frenar los contagios de la segunda ola (¿o estamos en la tercera?). Si se mira caso por caso, la impresión es que hay muy buena voluntad. Si se mira en conjunto, el conjunto es muy inquietante. Se echa a faltar la dirección de orquesta, en este caso en la forma del Ministerio de Sanidad y de sus responsables en la gestión de esta emergencia. Hace cinco días, Fernando Simón aseguraba que España podía estar en fase de estabilización de contagios, previa a un posible descenso... Pero en las últimas horas, Navarra ha decretado el cierre de la comunidad y el Gobierno de Aragón ha impuesto severas restricciones y Zaragoza está al borde del confinamiento. Los responsables de un Ministerio vaciado de competencias y de personal recuerdan al personaje de Jardiel Poncela que recibe con calma a los bomberos que han acudido a sofocar el incendio de su casa. "¿Una copita? ¿Es su primer incendio?".

El personal de las ucis teme que sea la extraña calma que precede a la tempestad. Eso de que cada uno se salve como pueda solo debería valer para los naufragios de película. Aquí y ahora urge una coordinación eficaz.

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