Rechazo radical

Combo de imágenes de Casado y Sánchez
Combo de imágenes de Casado y Sánchez
Agencias

El presidente del Gobierno considera que el principal partido de la oposición, el PP, es un partido ‘antisistema’. Por su parte, el presidente del Partido Popular y teórico líder de la oposición, Pablo Casado, piensa que Sánchez es un presidente fallido y que no se puede hablar de nada con este Gobierno. Es decir, que quienes están llamados a ser nuestros dos principales dirigentes, las dos referencias políticas más destacadas en medio de esta crisis, no es que tengan planteamientos contrapuestos, no es que sostengan ideologías diferentes, es que, como volvieron a escenificar ayer en el Congreso, ni siquiera se respetan el uno al otro. Se consideran mutuamente nulidades morales, incapaces políticos. ¿Adónde vamos por ese camino? Mejor dicho, ¿adónde nos llevan? Mientras tanto, Madrid está confinado, en Cataluña se cierran todos los negocios de hostelería, las uci se van llenando y el FMI advierte de que el déficit y la deuda en España no es que estén subiendo, que eso ya va de suyo, sino que prácticamente están fuera de control. Sin que por cierto hayamos vuelto a saber nada de los Presupuestos del próximo año. Que esta estrategia de la negación radical del otro, de la descalificación absoluta del adversario es dañina para España parece claro. Pero es que además seguramente resultará autodestructiva tanto para Sánchez como para Casado, tanto para el PSOE como para el PP. Ese enfrentamiento, áspero, exagerado y sin cuartel, puede servirles para desgastarse el uno al otro, pero no les dará la victoria. Socialistas y populares han renunciado a ejercer su función como pilares del sistema democrático. Y en el peor momento. Si persisten en ese camino solo conseguirán asegurar su propia ruina y la de todos.

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