Por
  • Julio José Ordovás

Menú aragonés

Otros estudios apuntan que la ingesta de jamón es beneficiosa para el control de la diabetes e incluso del colesterol.
'Menú aragonés'.
Heraldo

Los tres extraordinarios higos de Almúdevar que Pedro Saputo debía llevar al Rey pero que acabaron en el estómago del pícaro aragonés. La cabeza desollada de carnero y el lomo y el costillar que pintó Goya. Jarnés paseando su mirada por los mercados madrileños y entrando después en el Prado para llegar a la conclusión de que la vida es zoco y la novela es bodegón. El puchero de judías con oreja, chorizo y morcilla con el que se saciaron, en el granero de una casa de las afueras de Azuara, un grupo de maquis, conocido como ‘los Maños’, que habían cruzado los Pirineos y atravesado los Monegros y se dirigían a la sierra de Javalambre. La dieta a base de farinetas con la que se crió José Luis Violeta en Torrero y la tétrica canción que le cantaba su madre: "Farinetas para comer, farinetas para cenar, y si no comes farinetas de hambre te morirás". Los cócteles de ginebra inglesa a los que tan aficionado era Buñuel y que, según decía, constituían el mejor estímulo para la imaginación. La última cena de ‘Viridiana’ y los ayunos de ‘Simón el estilita’. El guiso de su infancia ante el que se emocionó Sender a su regreso a España. Los caramelos que Miguel Labordeta, como buen tío soltero, llevaba siempre en los bolsillos para sus sobrinos. El queso comprado en un súper de Cornellá que se zampó José Antonio Labordeta en el bar de la gasolinera de Belchite creyendo que era queso de Letux, el pueblo de su madre. El pan caliente y las olivas negras de Aragón (¿bolvinas?) que Manuel Vázquez Montalbán decía que eran su ‘Rosebud’. El goyesco duelo a jamonazos en ‘Jamón, jamón’. Los suculentos artículos de Javal, de Darío Vidal y de José Pérez Gállego, reputados gastrónomos los tres y admirables prosistas. La pasión de Javier Tomeo por las tortillas de patatas de María Jesús Ivars, la mujer de Joan de Sagarra, sus vecinos en el paseo barcelonés de Sant Joan. Las chuches que volvían loco a Félix Romeo. Los Berzas cantando: "Yo amo el jamón y el pan untadico con tomate. Yo amo el jamón. El de Teruel y no el de York".

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