Por
  • Manuel Mostaza Barrios

Cada vez más cerca...

Congreso de los Diputados.
Congreso de los Diputados.
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Desde que comenzó la pandemia, el PSOE no logra superar el techo del 26 por ciento de apoyo, lo que limita sus posibilidades de repetir victoria electoral; si a ello le sumamos el 24 por ciento que por primera vez alcanza el PP, el resultado es que la horquilla entre ambos es cada vez más estrecha. Estamos cerca, por lo tanto, de seguir así la tendencia, de hablar de un empate técnico entre ambas formaciones.

Solo populares y Ciudadanos mejoran sus expectativas en este barómetro y ello se debe, en gran medida, a que son los que más incrementan la fidelidad entre sus votantes respecto a junio –casi cuatro puntos los populares, casi seis los de Arrimadas–. El resultado es que los dos partidos que gobiernan en la Moncloa se dejan entre ambos casi cinco puntos desde las elecciones de noviembre, que es casi el porcentaje que incrementan entre PP y Ciudadanos.

Quizá esta caída está relacionada con la mala imagen que los españoles tienen de la gestión que el Gobierno está haciendo de la crisis y de esta (aun incipiente) segunda ola; una valoración que baja entre sus propios votantes respecto a junio y que es suspendida sin paliativos por el conjunto de la ciudadanía hasta obtener el dato más bajo desde que este periódico empezó a medir en marzo dicha valoración. No es raro, por lo tanto, que la mayoría de los españoles crean que su gobierno autonómico gestionaría mejor la crisis que el Gobierno de Pedro Sánchez.

La encuesta del instituto DYM que ayer publicó HERALDO muestra que la mala gestión de la pandemia está pasando factura a los partidos que gobiernan en la Moncloa.

Dos notas para terminar: fruto de décadas de mala pedagogía por parte de nuestras élites, los españoles seguimos viendo a Bruselas como un lugar al que ir a pedir, como si fuera terreno ajeno y nosotros no formáramos parte del club. Viendo la Unión como si fuera un juego de suma cero (o gano o pierdo), gran parte de la ciudadanía cree que el presidente ha sido débil negociando allí las ayudas, habiendo conseguido menos ayudas "de las que nos correspondían" (¿?).

Finalmente, en lo que hace a los Presupuestos, los españoles quieren que Ciudadanos sea la pareja de baile del Gobierno para aprobarlos. Y, por cierto: casi nadie quiere a EH Bildu en esa fiesta. Haber dejado de matar no implica que, de repente, todos los votos sean iguales: dejar de dar miedo es una cosa. Ser respetable es otra muy diferente.

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