Por
  • Juan Domínguez Lasierra

125 años

Una exposición en el paseo de la Independencia muestra algunas de las pequeñas y grandes historias recogidas por HERALDO en sus 125 años de historia.
Una exposición en el paseo de la Independencia muestra algunas de las pequeñas y grandes historias recogidas por HERALDO en sus 125 años de historia.
José Miguel Marco

El Paseo se nos ha llenado de pequeñas y grandes historias. Todas han dejado huella en el transcurrir de estos últimos 125 años, con su mayor o menor trascendencia, porque un periódico las fue recogiendo día a día a largo de este siglo y cuarto. Si no fuera así, si no se hubieran escrito, muchas de ellas hubieran sido irremediablemente olvidadas, perdidas en el vendaval del tiempo.

Y es que la Prensa es memoria de la Historia. Hoy no puede escribirse de Historia si no se recurre a la Prensa. Y eso que se suele decir que un periódico es un papel efímero, "el papel" que se tira al día siguiente. Y sí, es de usar y tirar, pero alguien, algunos lo conservan. Las hemerotecas, por ejemplo, que para eso fueron creadas. Y en las hemerotecas, lo efímero adquiere vitola de duradero, pura memoria de los tiempos.

Y es que la Prensa es memoria de la Historia.

Esto es lo que nos dicen esos cubos expositivos que hoy alegran nuestro Paseo zaragozano. Que el discurrir colectivo de nuestras vidas se plasma indeleblemente, aunque en nuestra memoria individual se borre. Hay tintas y tintas, y la más simpática es la de la imprenta, aunque ahora empiece a ser sustituida por la tinta digital, que no es tinta, aunque siga siendo simpática, en el más gozoso de los sentidos.

¡Cuántas cosas he recordado al leer esos cubos tan simpáticos! Porque de esos 125 años de cumplimiento informativo, la cuarta parte la he vivido muy de cerca, en este incombustible rotativo que hoy festeja sus muchos años. Una continuidad que también es un hito en la prensa española. Lo celebro como si fuera mi propio cumpleaños, aunque aún esté lejos de la cifra, pese a que ya luzco muchas canas, o todas.

Dicen que en el futuro podríamos alcanzar esos años, 125, pero yo, francamente, no quiero ser tan longevo como ‘mi’ periódico. Mantenerse joven y activo tantos años solo pueden lograrlo empeños colectivos, de generaciones y generaciones, siempre rejuvenecidas, que han luchado permanentemente por informar, por ofrecer un imprescindible servicio público, que es de lo que se trata. Los individuos, si hemos contribuido un poco a ese servicio nos debemos tener por contentos, incluso por privilegiados. Así me siento, como si tuviera 125 años, activo y joven.

Y para no ahondarme en lo sentimental, les diré que la zaragozana Asociación de Amigos del Libro ha otorgado sus anuales premios Búho. Han perdido la ocasión de haberle entregado uno especial al HERALDO, porque estoy hablando del ‘Heraldo’, claro, que ha sido siempre, infatigablemente, un grandísimo amigo de los libros. Es verdad que nuestro diario ya tiene un premio Búho, de hace algunos años, por eso, por ser Amigo de los Libros. Pero hay reiteraciones que no son inoportunas. De todas formas, la Asociación ha premiado a gentes estupendas y aquí, a la par que al periódico, las felicito.

Los individuos, si hemos contribuido un poco a ese servicio nos debemos tener por contentos, incluso por privilegiados.

En los Premios Heraldo –que también se han entregado en sus celebraciones— hay nominalmente cuatro mujeres. En los Premios Búho, tres. Está claro que las mujeres nos van a dejar a los varones sin premios que llevarnos al coleto. Está bien. 

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