Por
  • Ángel Gracia

Saldo mínimo

Opinión
'Saldo Mínimo'
luisaminana.es

La poeta Luisa Miñana (colaboradora de HERALDO) cruza el Ebro en autobús todos los días. Tantas veces ha atravesado esas aguas extrañas que unen el tiempo vivido y el tiempo por vivir, que le dedica al conductor de la línea 23, auténtico Caronte de nuestro tiempo, ‘Saldo mínimo’. Ese poema magnífico da título a su último libro, recién publicado por Lastura. La autora narra su viaje repetido mil veces por los puentes zaragozanos como un instante de incertidumbre que no sabemos nunca adónde lleva. Es capaz de convertir ese momento frustrante en el que nuestra tarjeta-monedero no tiene saldo en una epifanía que ilumina nuestras vidas. Convierte en mito el gesto cotidiano.

Agita la mente del lector con versos llenos de inquietud que nos interpelan directamente.

Luisa ha escrito su poemario a lo largo de los últimos diez años. Hay en sus palabras, por tanto, sosiego y reflexión, pero nunca mansedumbre. Se rebela siempre contra la inmovilidad del pensamiento. Agita la mente del lector con versos llenos de inquietud que nos interpelan directamente. Para ello se metamorfosea en innumerables voces y funda su propia mitología personal. De repente nos convertimos en una Eurídice pop, en Medea desahuciada, en Dido con sombrero, en Ulises dado, por fin, por desaparecido. Gracias a Luisa podemos ser James Aquiles Dean, Mary Perséfone Shelley y Afrodita Monroe. Y somos, sobre todo, hijos de nuestros padres en ‘Electra canta’, el sobrecogedor poema que Luisa dedica a su padre. Una poeta clara y siempre lúcida: "Si no hay fe, si no hay piedad, tampoco habrá literatura".

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