Por
  • Francisco José Serón Arbeloa

Humor y pandemia

Desde que empezó la pandemia, comenzaron a circular chistes sobre ella por los teléfonos móviles.
Desde que empezó la pandemia, comenzaron a circular chistes sobre ella por los teléfonos móviles.
Luis Gimeno / HERALDO

La pandemia causada por el virus SARS-CoV-2, que produce la enfermedad que se ha denominado covid-19, ha dado un vuelco a nuestras vidas, ha alterado el trabajo, la actividad diaria de los niños, la actividad política ‘normal’, el control de la salud, las relaciones sociales. De paso nos ha hecho saltar las alarmas y estamos molestos o preocupados o alterados o angustiados o de los nervios. Pero a pesar de todo ello, uno de los primeros síntomas de este serio asunto es que nos hemos lanzamos como chalados a bromear sobre él por las redes.

Existen variaciones culturales en el sentido del humor que hacen que lo divertido en un sitio sea algo sin gracia en otro. Esto se debe a que en el humor cuenta mucho el contexto, los a priori, las presuposiciones y la sorpresa, y todo eso depende de factores culturales. Por ello, antes las situaciones humorísticas quedaban reducidas a unos pocos interlocutores que seguramente compartían claves y estado de ánimo con el relator, pero hoy, gracias a Internet, se propagan por el mundo a gran velocidad, sin orden ni concierto, alcanzando de forma indiscriminada los ojos o los oídos de todo el mundo.

En ese mundo, hay personas que consideran que no se puede hacer bromas con ciertos temas, que tachan de insensibles a quienes tratan de relajar la tensión con alguna ocurrencia cómica, sin pensar en las personas que han pasado o están pasando por situaciones angustiosas. Sin embargo, también hay gente que piensa que un poco de humor puede ayudar a esa y a mucha más gente. Como ven, en un escenario tan diverso de situaciones humanas, es imposible que haya algo que pueda gustar o disgustar a todos, por lo que es prácticamente imposible decidir el criterio para diferenciar el humor que admitimos y el que debemos rechazar.

Casi todo el mundo reconocerá que estamos viviendo un drama, pero el humor no hay que tomarlo como una banalización, sino como un tratamiento de todos esos sentimientos tristes que nos genera ese estrés indeseable, al menos durante unos instantes. Como leí hace poco en el periódico ‘20 minutos’, escrito por Juan Martínez: «El humor es un recurso barato, no hay que comprarlo, lo puede tener, generar, compartir cualquiera y eso alivia, y es de lo poco que podemos hacer ya que no podemos salir a cazar al virus».

Yo les he seleccionado unos pocos de la gran colección de memes que he recibido en esta época, puede que alguno aún les siga haciendo gracia, pero se los transcribo a modo de ejemplo de todo lo dicho.

«Nuevo reto: Quédate en tu talla».

«Día 1 de la cuarentena: En una tortilla de patatas, ¿se hacen las patatas primero? Día 34: ¿Esferificáis el flambeado de ‘boeuf bourguignon’?».

«En promedio, un panda gigante come unas 12 horas por día. Las personas en cuarentena comen como un panda gigante. De ahí, viene la palabra ‘pandemia’».

«Como estaba aburrido, me medí y mido 1,80, y me pesé… y como os iba diciendo mañana llueve».

«En un parque, un hombre se acerca a una mujer y su perro, y le pregunta: “¿Puedo tocarlo?”, y ella le contesta, “claro, no hace nada”. “¿Cómo se llama?”, le pregunta el hombre; a lo que ella responde, “rectores de la universidad».

«En un país donde cada Noche Vieja nos explican cómo comernos las uvas, lo del coronavirus pinta chungo».

«Cuando por fin lográis controlar la covid-19 en tu país, China saca la covid-19S plus».

«Una madre se encuentra desfallecida sobre el diván de su casa, y el querubín de su hijo le está diciendo: «Aguanta, mamá, ya solo te queda hacer fotos de todo, transformarlas en un pdf y enviárselas a la profe. Y prepara la comida porque ya tengo hambre…».

Hasta aquí lo que les quería decir y les recuerdo lo que dijo Tomás Moro: «Felices los que saben reírse de sí mismos, porque nunca terminarán de divertirse». Hagan lo posible por seguir luchando, a su estilo, contra la covid-19, sean indulgentes con los memes y ánimo.

Francisco José Serón Arbeloa es catedrático de la Universidad de Zaragoza

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