La Conferencia Sectorial de Educación, presidida en esta ocasión por los ministros Isabel Celaá, Salvador Illa (Sanidad) y Carolina Darias (Política Territorial y Función Pública), aborda hoy la vuelta al colegio con muchas dudas e incertidumbres sobre la mesa. El hecho de que a pocos días del inicio del curso escolar todavía se celebre una reunión con las comunidades autónomas para concretar los parámetros de este regreso es un claro indicador de que la organización del año educativo se ha hecho tarde y mal.

La vuelta presencial o semipresencial, los permisos a los padres que tengan que cuidar de sus hijos en cuarentena, las sanciones a los progenitores ‘insumisos’, el número de alumnos por aula o la edad desde la que se deberá usar mascarilla son algunas de las grandes dudas que se deberían resolver en la reunión de hoy, la última conferencia sectorial antes del inicio del curso. Los médicos aragoneses abogan por la vuelta al aula presencial y con las máximas garantías. No obstante, el cónclave de ministros y consejeros debe unificar algunos criterios, por mucho que las competencias educativas sean autonómicas, para hacer frente al justificado clima de preocupación que se está generando por el aumento de los contagios.

El presidente del Gobierno garantizó el martes, sin explicar ni cómo ni con qué medios, que todos los centros educativos del país van a ser «seguros». Y después endosó a las CC. AA. toda la responsabilidad de organizar la vuelta a clase. Entonces, ¿cómo va a garantizar él la imprescindible seguridad sanitaria? Este absentismo del Ejecutivo solo se explica desde el deseo de parapetarse en la estrategia de que al que no toma decisiones no se le pueden exigir responsabilidades. Sea como fuere, lo peor que puede ocurrir es que el nuevo curso escolar se convierta en el enésimo motivo de tensión territorial o en una nueva arma arrojadiza para la táctica partidista.