Redactor de HERALDO DE ARAGÓN en la sección de Deportes

Razones

Fotograma del vídeo colgado por Miguel Bosé en Twitter
Fotograma del vídeo colgado por Miguel Bosé en Twitter
HA

Isaac Asimov ya intuyó el monstruo. Además de calibrar telescopios y definir las reglas de la robótica, el autor advirtió de la peligrosa tentación de equiparar, en nombre de una falsa democracia, la ignorancia y el conocimiento. Lo achacó a una cepa de "anti-intelectualismo", que todavía hoy repite como una letanía aquello de que "todas las opiniones son igual de respetables". No es verdad. Hablar de lo que no se sabe no es libertad de expresión sino, en algunos casos, una gran temeridad.

Si un médico me dice que me tire por la ventana, yo –a pies juntillas– allá que voy. Puedo no hacerle caso, pero debería autoexigirme estudiar sus muchos años de carrera, su especialización, hacer su residencia y no dudar de su buena fe. El método científico no es opinión. Lo de los falsos profetas, sí.

Hace unos días se concentraron en Colón unos cuantos ‘conspiranoicos’ que no creen en las mascarillas, en las vacunas, en las PCR ni en los respiradores. Miguel Bosé les alentó a hacerlo, aunque luego no acudió. Si mi vida dependiera de clasificarme para Eurovisión, quizá llamara a Don Diablo y su beso chiquitín con un ‘swing’. Si me encontrara jodido en un quirófano, preferiría que fuera un cirujano el que acudiera en mi auxilio.

"Más que insultos y mofas despiadadas, lo que necesita Miguel Bosé es que su familia o sus amigos le ayuden. Es evidente que está muy mal de salud. A nadie se le ocurriría escarnecer a un enfermo de cáncer. En cambio cuando uno pierde la salud mental le espera el escarnio público". Es un tuit del gran Manuel Vilas y, como acostumbra, da en el clavo.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión