Por
  • Enrique Trebolle Lafuente

Una abogada de raza

Opinión
La Justicia llora la pérdida de una reconocida abogada aragonesa
Pixabay

El pasado 31 de julio, nos dejó la compañera Cristina Ruiz-Galbe Santos, quedando consternada toda la clase jurídica aragonesa. Pertenecía al elenco de abogados de raza, luchadores del día a día, y fue una brillante seguidora de la senda marcada por su padre, José Antonio Ruiz Galbe, histórico penalista de nuestra tierra. Murió, dicho gráficamente, en el campo de batalla.

Pocos días antes de su muerte, debatíamos sobre un escrito de conclusiones provisionales que debíamos presentar en Sala, y me hizo llegar, con la franqueza que le caracterizaba, sus ganas de vivir y de seguir en la pugna de la defensa de sus clientes, que, ahora, quedan bien amparados por su esposo, Juan Monclús, reconocido abogado, y por su hijo, Juan Monclús Ruiz-Galbe, del que tengo las mejores referencias.

Cristina Ruiz-Galbe era una gran señora, leal compañera, una magnífica estratega del Derecho Penal, del que se aprende en el quehacer diario de los Juzgados y en las Salas de Justicia, es decir, donde se dilucida el futuro de los justiciables.

Recuerdo, perfectamente, el día de su bautismo como abogada. Había jurado el cargo por la mañana en el Colegio de Abogados de Zaragoza y, por la tarde, en las dependencias del Grupo de Atracos de la Jefatura Superior de Policía de Zaragoza, entró una jovencísima letrada, con una fuerza de convicción que solo se lleva en la sangre. Desde aquel ya lejano día de 1980, la carrera de nuestra compañera ha estado jalonada de numerosos y conocidos casos en nuestra Comunidad, en los que, en algún caso, he tenido la ocasión de coincidir. En los últimos más señalados, Minas, Mallén, Molinos, tuvo oportunidad de desplegar su gran valía profesional, con notables éxitos.

Siempre demostró Cristina su capacidad de trabajo, su respeto hacia todos los intervinientes en el proceso y su enfoque práctico en los casos que afrontaba. Se ganó a pulso, y es de justicia proclamar sobre ella, la impronta de penalista de gran prestigio.

La Abogacía aragonesa está de luto. Transmitimos nuestro hondo pesar a toda su familia, muy vinculada con nuestra honrosa profesión. Descansa en paz, compañera del alma.

Enrique Trebolle Lafuente es abogado

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