Descoordinación

Javier Lambán ha hecho balance del primer año de gobierno cuatripartito, en un discurso con poca autocrítica, para reiterar que hoy exigirá a Pedro Sánchez, en la conferencia de presidentes autonómicos, «homogeneizar y verificar la calidad de los datos» de los contagios por comunidades. Es necesario gestionar mucho mejor las cifras, por supuesto, pero también acabar con la descoordinación respecto a las medidas adoptadas por las diferentes autonomías para luchar contra los rebrotes del coronavirus. Esta es una tarea que corresponde al Gobierno, que no puede seguir inhibiéndose.

Pedro Sánchez ha convocado para hoy un foro autonómico al máximo nivel, cuya apertura será presidida por el Rey. Las ausencias de Quim Torra y Íñigo Urkullu son intolerables porque suponen un gesto de manifiesta irresponsabilidad, sobre todo ante los ciudadanos que representan por mandato democrático, habida cuenta de la envergadura de los temas que se van a tratar: la imprescindible coordinación para hacer frente a la ola de brotes de la covid-19 y el reparto de los fondos europeos.

España sigue necesitando un sistema de coordinación para trabajar contra el virus porque una pandemia es un fenómeno global y, por lo tanto, las fronteras regionales no son más que un estorbo para gestionarla con prudencia. Por eso resulta especialmente equivocado que el Gobierno central haya pasado de actuar con poderes especiales mediante el estado de alarma a lavarse las manos como si el asunto no fuera de su incumbencia. La censurable inhibición del Ejecutivo ha generado una sensación de falta de seguridad sanitaria que intranquiliza en el extranjero. Además, la intensidad de los rebrotes de estos últimos días es evidente e invita a preguntarse si las comunidades han invertido lo suficiente en rastreadores y atención primaria. El Ministerio de Sanidad debía haber vigilado que así fuera.