Triunfo de la estabilidad
Los resultados de las primeras elecciones en tiempos de la covid-19, celebradas ayer en Euskadi y en Galicia, evidencian que los ciudadanos apuestan por la continuidad y la estabilidad ante las muchas incertidumbres que genera la enfermedad. Así, Alberto Núñez Feijóo (PP) revalida la mayoría absoluta e Íñigo Urkullu (PNV) mejora sus resultados de 2016. Los cambios vienen dados por el hundimiento de Unidas Podemos, cuyos votos refuerzan inquietantemente al nacionalismo en ambas Comunidades.
A pesar de que el virus ha azotado con virulencia a Galicia y al País Vasco, el PP gallego y el PNV no solo no sufren daños electorales, sino que mejoran sus resultados respecto a la anterior cita con las urnas. Feijóo consigue su cuarta mayoría absoluta, un éxito que le sitúa muy por encima de cualquier otro dirigente territorial del PP. Los electores vascos, por su parte, premian a Urkullu por la estabilidad y por los réditos obtenidos en la negociación con el Gobierno central. Ambos salen reforzados gracias a la percepción de los electores de la buena gestión de la crisis del coronavirus.
Frente a la continuidad de un centro-derecha fuerte en ambas autonomías, la izquierda vive cambios con un claro y preocupante auge de las opciones nacionalistas. El PSOE logra la tercera posición tanto en Galicia como en el País Vasco, donde tiene la llave de la gobernabilidad. Pero la debacle de Unidas Podemos, que no consigue ni seguir en el Parlamento gallego donde contaba con 14 diputados, hace posible el crecimiento del BNG y de un Bildu, que desgraciadamente cada día está más fuerte en Vitoria. Pedro Sánchez va a seguir gobernando con un socio más débil, Pablo Iglesias, pero debe tomar nota de que crece la fuerza del nacionalismo. También debe preocuparle a Pablo Casado el mal resultado de la coalición constitucionalista PP-Cs. Además, Vox consigue un escaño en el País Vasco.
