Por
  • Alberto Jiménez Schuhmacher

Pa-Ciencia

La vacuna de dosis alta ('Fluzone High-Dose') fue aprobada en 2009 por la agencia norteamericana del medicamento.
'Pa-ciencia'.
HA

Ser bioquímico no me ha librado de tener las fases de sorpresa, incredulidad, asimilación, hartazgo… por las que todos hemos pasado a lo largo de las distintas etapas del confinamiento y ‘desescalada’. Sin embargo, ser científico -que no experto- me pertrecha y permite entender algunas de las cosas que están pasando. Y, como con las distintas fases de la pandemia, lo he ido viendo de manera diferente a lo largo del tiempo. Unas semanas con más optimismo, otras con resignación y cada vez con más preocupación. Deseo pensar que caminamos hacia la vieja ‘normalidad’ y quiero creer que este esta nueva realidad se acabará cuando se descubra una vacuna. ¡Incluso he llegado a creérmelo!

Como sociedad del primer mundo hemos perdido la conciencia colectiva de lo que significa convivir con agentes patógenos. Gracias a la potabilización del agua, las vacunas y los antibióticos pensamos que siempre hemos vivido así.

La solución a esta crisis sanitaria vendrá de la ciencia y esta requiere sus tiempos, no entiende de atajos y precisa mucho apoyo. Tener una vacuna que funcione no será suficiente. Habrá que producirla, distribuirla, alcanzar la inmunidad colectiva… y esto va para largo. Una vez confirmada la eficacia de las vacunas hasta inmunizar a la población puede pasar más tiempo del que pensamos. "La vacuna estará cuando nos llamen del centro de salud para ponérnosla",recuerda a menudo el Dr. Aguiló. Mientras tanto debemos confiar en la ciencia y tener resiliencia. En definitiva, tener pa-ciencia.

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