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  • Heraldo de Aragón

Recuerdo y responsabilidad

Discursos cargados de sentimiento, flores blancas y los acordes de un violonchelo han servido este martes para rendir homenaje a las víctimas de la covid-19 pero también a quienes durante la pandemia han estado trabajando por Zaragoza.
Discursos cargados de sentimiento, flores blancas y los acordes de un violonchelo han servido este martes para rendir homenaje a las víctimas de la covid-19 pero también a quienes durante la pandemia han estado trabajando por Zaragoza.
Guillermo Mestre

Zaragoza ha rendido un homenaje, organizado por su Ayuntamiento, a las 696 víctimas del coronavirus en la ciudad y a sus familiares, así como a los trabajadores municipales que lograron mantener activos los servicios públicos esenciales en los peores días de la pandemia. Durante el acto, el alcalde Azcón ha anunciado que la Medalla de Oro de este año será entregada a los profesionales sanitarios como «justa recompensa a su entrega». El homenaje general, además de los oficiales, que debe rendirse a las víctimas y al personal sanitario es el que deben protagonizar todos los ciudadanos extremando las medidas de seguridad para evitar contagios.

La crisis sociosanitaria que generó la covid-19 en España desde principios del mes de marzo va a dejar una huella indeleble en Zaragoza, como en buena parte de las capitales de todo el mundo. Es lógico que se guarde una memoria respetuosa de sus víctimas y se prodiguen las muestras de agradecimiento a los que lucharon con denuedo para paliar sus terribles consecuencias. Por ello resulta apropiado que la ciudad, como ha comunicado la vicealcaldesa Sara Fernández, albergue un espacio especial para que no se olvide lo que ha sucedido, las víctimas, los sacrificios y para que sirva de aprendizaje a las próximas generaciones.

Es justo que los sanitarios reciban la Medalla de Oro de la ciudad. Los zaragozanos les están agradecidos, como quedó demostrado durante más de dos meses en los aplausos que les dedicaron cada día. Médicos, enfermeras, auxiliares y todo el resto del personal que ha mantenido activo el sistema de salud han dado lo mejor de sí mismos para superar el colapso. En muchos casos se han jugado la vida por el bienestar de los demás, ya que han tenido que realizar su trabajo sin los equipos de protección adecuados.

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