Mi primera vez

El doctor Navarro contesta a las consultas de los lectores sobre Urología.
'Mi primera vez'.
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El doctor me dijo que la analítica estaba muy bien, que ya había renovado mi receta electrónica y que me enviaría la documentación para la siguiente revisión, algo que el buzón de mi casa confirmó pocos días después. Tras manifestar que seguía a mi disposición, comentamos brevemente la pandemia, no tanto desde la perspectiva sanitaria, cuanto al gusto de la sensibilidad humanista propia de la ciencia médica, y nos despedimos hasta la próxima visita con la cordialidad habitual.

Instantes antes de iniciar dicha consulta oí sonar mi teléfono móvil, pero no pude responder. Al instante, como si la llamada fallida hubiera saltado automáticamente de un aparato a otro, sonó el teléfono fijo, del que se hizo cargo mi diligente esposa. Por lo que ella decía mientras se acercaba, supe de qué se trataba. Cuando llegó hasta mí, asentí con la cabeza, extendí la mano y me pasó el teléfono inalámbrico.

Así llegó mi primera consulta médica oficial a distancia, que suplió la cita que tenía al día siguiente, programada hacía meses. No creo que olvide esta experiencia iniciática como sí he olvidado la primera clase ‘online’ que impartí, de la que, tres meses después, no recuerdo nada en particular. Mi memoria registra mejor lo anecdótico. Y anecdótico fue tratar al doctor enjabonado en la ducha, habiéndome secado apresuradamente las manos y mi tupida cabellera, haciendo frente al contraste de imaginar a mi interlocutor ataviado con bata blanca, frente al ordenador de su consulta. Luego pensé que quién sabe si sería así. Ahora solo estoy casi seguro de que en esa ocasión no hablé con un algoritmo.

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