Por
  • Pedro Cía Gómez

Las consultas médicas no presenciales

El doctor Navarro contesta a las consultas de los lectores sobre Urología.
'Las consultas médicas no presenciales'.
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Los cambios en las formas de vida provocados por la actual pandemia han dado lugar a un incremento del número de consultas médicas no presenciales (CNP). Las actuales tecnologías de información y comunicación (TIC) nos facilitan llamadas, envío de imágenes, mensajes desde cualquier punto y en variadas circunstancia. Las nuevas TIC se han desarrollado a la vez que la globalización o, más bien, como defiende McLuhan, el movimiento de informaciones inmediatas por medios electrónicos ha propiciado la globalización.

En medio de estos cambios (quizá demasiado acelerados), algunos pacientes han mostrado su preocupación por la posibilidad de que la telemedicina acabe sustituyendo el valioso proceder del tradicional encuentro personal entre médico y paciente (consulta presencial) para hablar, para escuchar, para analizar conjuntamente los problemas de la enfermedad y también los temores y expectativas personales, así como para enfocar tratamientos y orientaciones futuras para la salud. Pero respecto a estas inquietudes, debe quedar claro que la CNP no puede excluir a la consulta presencial. El propio Código de Deontología Médica, aun reconociendo la utilidad de las CNP mediante distintas técnicas, advierte de que esta clase de comunicación no puede ser el procedimiento exclusivo, sino un medio complementario en la relación entre el paciente y el equipo de salud.

La CNP está resultando útil en el seguimiento de enfermos crónicos, sobre todo para los que tienen más dificultad en asistir a consultas o viven alejados de ellas, así como para notificar y valorar resultados de ciertas pruebas complementarias (análisis, pruebas de imagen, etc.), y en otros aspectos asistenciales. Es muy valorada así mismo la posibilidad de enviar al médico imágenes o mensajes relacionados con la salud.

Preocupa no obstante que la relación médico-enfermo pueda sufrir un cierto distanciamiento con esta clase de técnicas de comunicación (tema al que se prestó especial atención en el Congreso de la Sociedad Española de Informática de la Salud, 2017). Aun valorando esta posibilidad, que es importante, hay que señalar que la CNP también puede generar empatía. Tengo la propia experiencia (como otros pacientes) de alguna recomendación telefónica recibida de parte de mi médica o enfermera y de que tales llamadas me dejaron siempre la impresión de que, pese a la distancia, se están preocupando por mi salud. Me recuerdan datos de mi historia clínica que ellas han repasado, me escuchan, me aconsejan… Es decir que, complementando la tradicional visita médica, las CNP no solo sirven para informar, sino también para mantener el proceso de comunicación necesario para una buena relación médico-paciente, esa relación que según Laín Entralgo se encuadra dentro de las relaciones de amistad ("amistad médica" la denomina este autor) y que, como toda relación amistosa, también cuenta con comunicaciones a distancia.

En nuestra Comunidad, la doctora Repollés, nueva consejera de Sanidad, se ha mostrado partidaria de la adecuada utilización de las CNP (HERALDO, 6 de junio, pág. 6) y, por su parte, el Colegio de Médicos, presidido por la doctora Ferrer, había encauzado desde el comienzo de la actual crisis movimientos de médicos voluntarios dispuestos a colaborar también en la atención a distancia.

En resumen, la CNP es un procedimiento útil, complementario de la consulta presencial y con capacidad para mantener e incluso mejorar la amistosa relación del paciente con las personas que componen el equipo de salud.

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