Todas las voces y manos

Opinión
'Todas las voces y manos'
POL

Gestionar la crisis que estamos viviendo, dado el alcance de su impacto, ha puesto a prueba a los líderes de todo el mundo. Con las incógnitas que existían, resultaba muy difícil poder comunicar a los ciudadanos los pasos a seguir. Ahora nos toca ya poner fin a nuestro largo confinamiento. Este ha sido muy duro para muchas personas provocando momentos de desánimo por la incertidumbre del futuro. Desconcierto y sensación de desconexión entre los líderes políticos que gestionaba la crisis y la sociedad que la sufría. En estas circunstancias, la estrategia comunicativa que utilicen los responsables para explicar a los ciudadanos la evolución de la pandemia resultaba esencial.

La canciller alemana, Angela Merkel, protagonizó hace unos días un encendido discurso en el Parlamento alemán para defender la libertad de expresión, en el que defendía la discrepancia de voces, expresar la propia y aceptar la contraria. Ahora bien señalaba: "Esta cámara debe oponerse al discurso extremista. De lo contrario, nuestra sociedad no volverá a ser la sociedad libre que es". Discurso que rápidamente se ha hecho viral. No es el primero, en estos días, que ha tenido una enorme aceptación, pues cuando se dirigió a los ciudadanos, se ganó su confianza con un mensaje directo, sin adornos ni excesivos miramientos y apoyado en todo momento en la ciencia para explicar que la covid-19 era el mayor reto para el país desde la Segunda Guerra Mundial. Ella fue capaz de generar confianza, credibilidad. Pues en ese momento era necesario que dijera la verdad. Cómo ha resuelto esta crisis le ha brindado la oportunidad para reivindicarse como gran líder. Y su reciente entendimiento con Francia ha sido fundamental para la integración europea. Los alemanes han pasado de considerarla un ‘pato cojo’ a darle su apoyo. El 80% se muestra satisfecho o muy satisfecho con las medidas tomadas para hacer frente a la enfermedad. Para los españoles, junto con el papa Francisco son los líderes internacionales mejor valorados. También el Papa se pronunció a favor de los gobiernos que toman medidas a pesar de ser un sacrificio para la población y añadió: "Hay algunas consecuencias que deben ser enfrentadas: hambre, sobre todo para las personas sin trabajo fijo, violencia o la aparición de los usureros, que son la verdadera peste del futuro social, delincuentes deshumanizados".

Esta crisis, primero hospitalaria, después sanitaria, ha puesto de manifiesto que nuestro sistema productivo era muy frágil. Que nuestro mundo tiene una desigualdad social que no ha disminuido sino que ha crecido en las últimas décadas. Que nuestro planeta necesita de nuestro cuidado y de los ciudadanos más vulnerables, niños y ancianos. Que nuestro bienestar no consiste solo en consumir, sino que también tiene una importante dimensión psicológica que el confinamiento ha agravado.

La agitación ha ido creciendo a medida que las muertes de las residencias dejaban paso, como tema de portada, a la angustia económica. En nuestro estrenado siglo XXI han existido golpes que han impactado seriamente en la credibilidad de nuestras democracias, desde el 11-S a la crisis de 2008. No podemos permitir que ahora esta pandemia nos lleve a un proyecto de autoritarismo, control y desigualdad. Por esto es difícil entender esa banda sonora llena de agresividad, a la que hacía referencia Angela Merkel. Como también lo hacía el presidente de la Comisión de Reconstrucción, el socialista Patxi López, llamando a la reflexión sobre lo que allí estaba pasando: "¿Para qué venimos aquí? ¿Para reproducir los insultos? Si en algún momento podemos demostrar para qué sirve la política y de entender para qué nos eligen es este y, si no, es que no servimos para nada".

En Aragón han entendido para qué sirve la política y, por tanto, todas las manos y voces son necesarias. Han sido capaces de acordar, consensuar para lanzar a los aragoneses un mensaje de de serenidad y esperanza. Partidos políticos, empresarios, sindicatos y ayuntamientos han firmado 273 medidas para la recuperación social y económica de Aragón. El presidente de Aragón, Javier Lambán, reconoció que el desafío "desbordaba" al Gobierno, a los agentes sociales y a los partidos políticos. Superaba tanto a izquierda como a derecha, circunstancia que obligaba a "mirar al frente" e ir de la mano para encontrar soluciones conjuntas. Ahora queda conseguir los fondos para su ejecución.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión