De animales a personas

La opinión consensuada de los virólogos es que el virus procede de murciélagos y que pasó a los humanos adaptándose previamente en otra especie animal.

Un pangolín en Malasia.
Un pangolín en Malasia.
Bazuki Muhammad/Reuters

Aunque hace pocos días hablé del potencial zoonótico de SARS-CoV-2, vuelvo a tratar el tema a la vista de las recientes noticias de la covid-19 relacionadas con los visones en Países Bajos y en Teruel. Aquí solo se ha detectado el virus en algunos trabajadores de una granja y todavía no hay pruebas de que se hayan infectado los animales.

La opinión consensuada de los virólogos es que el virus procede de murciélagos y que pasó a los humanos adaptándose previamente en otra especie animal. La demostración de que los visones son susceptibles unida a la existencia de una importante industria peletera en el sur de China, con granjas que los crían junto a otras especies, sitúan al visón como un excelente candidato a ser el hospedador donde se adaptó el virus.

Es evidente que el virus original viene de los animales, sabemos que ese coronavirus adaptado al hombre es capaz de saltar de nuevo a otros mamíferos, y también se ha descrito el contagio entre gatos. Ahora la pregunta es saber si un animal infectado con el virus adaptado puede transmitirlo a una persona.

Los últimos resultados sugieren que los visones pueden ser la evidencia que buscamos. En una de las granjas holandesas, un trabajador enfermó después de producirse el brote en la granja, y se sospecha que se contagió de los animales. Para demostrarlo van a comparar las secuencias genéticas de los virus de los primeros trabajadores infectados, de los visones y del último caso. Es un virus que muta con facilidad y esas mutaciones indicarían el orden de los contagios.

Por el momento el papel de los animales como reservorio de SARS-CoV-2 parece poco relevante y no debería preocuparnos.

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