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  • Heraldo de Aragón

Una dimisión imprescindible

La hasta hora consejera de Sanidad del Gobierno de Aragón, ha anunciado en una rueda de prensa urgente la dimisión de su cargo.
La hasta hora consejera de Sanidad del Gobierno de Aragón, ha anunciado en una rueda de prensa urgente la dimisión de su cargo.

Pilar Ventura ha presentado su dimisión como consejera de Sanidad después de que los profesionales aragoneses de la salud vinieran expresando desde el pasado sábado su profundo malestar por sus desdichadas declaraciones en las Cortes, en las que calificó de «estímulo» el hecho de que los sanitarios hubieran tenido que improvisar, incluso con bolsas de basura, el material de autoprotección que la administración no les proporcionaba. Los trabajadores de la salud han realizado, y lo siguen haciendo, un extraordinario esfuerzo para salvar vidas a pesar de que no han contado con elementos tan básicos como mascarillas y batas. No han pedido nada a cambio, pero lo menos que los gobernantes les deben es el máximo respeto y consideración. Ahora urge recuperar la estabilidad institucional lo antes posible para que la Comunidad siga avanzando en el desconfinamiento y la vuelta a la normalidad. 

La gestión sanitaria del coronavirus se ha cobrado una primera víctima política en Aragón en la persona de Pilar Ventura, después de sus descabelladas declaraciones ante la Comisión de Sanidad. El gesto del presidente Lambán al reforzar personalmente la tibia petición de disculpas de la consejera no podía ser suficiente para dar satisfacción ni a los ciudadanos ni a los profesionales sanitarios, que, con toda razón, se sintieron ofendidos. Cuando se está a mitad de una larga y complicada singladura, no es lo más recomendable cambiar de timonel. En este caso, sin embargo, el error ha sido tan mayúsculo que la tripulación ha perdido la poca confianza que aún tenía en quien debía mantener la dirección del barco a las órdenes del capitán. Ventura ya había protagonizado una torpe gestión de la crisis sanitaria y hospitalaria desde el inicio de la crisis de la covid-19. Su falta de previsión y la ausencia de conocimiento sobre la dramática realidad generaron graves carencias de material y una toma de decisiones errática y lenta. Pero sus desatinadas palabras en las Cortes han sido la gota que desborda el vaso: evidencian una absoluta falta de sensibilidad que la incapacitaba para mantenerse al frente de la consejería.

Esta dimisión genera problemas añadidos a Lambán en unos momentos muy complicados para Aragón, con el desconfinamiento en su fase inicial y con la reactivación económica todavía pendiente de poner en marcha. Es imprescindible que la DGA cierre este aciago episodio cuando antes para volverse a centrar en la tarea prioritaria que tiene por delante: recuperar la actividad en la Comunidad manteniendo bajo control a la covid-19. El presente reto es evidente, al igual que la necesaria revisión de las decisiones tomadas hasta la fecha para mejorar la capacidad de respuesta.

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