¿No hay plan B?

Opinión
'Plan B'
POL

No hay plan B". Eso dice Pedro Sánchez, ¿es así? ¿Seguro que no hay otra opción? ¿Podemos creerle cuando dice "el único plan es el plan del estado de alarma"? ¿O será una estratagema más de esa ‘nueva normalidad’ a la que nos quiere conducir? Supongamos que no miente. Vamos a confiar en su palabra. ¿Por qué no? Hay que ser optimistas y positivos. ¡Siempre positivos, nunca negativos! Dejemos que gobierne en esta situación excepcional y haga su trabajo. Estamos en el mismo barco. Es nuestro almirante en jefe contra la pandemia. Su llamada a la unidad y al sacrificio está por encima de cualquier otra consigna. ¿Seguro?

¿Cuántas veces ha dicho lo que no ha hecho? ¿Cuántas promesas están por cumplir? ¿Cuántas veces tiene que ir el cántaro a la fuente? Son muchas las dudas. Crecen desde muy distintas posiciones. Y sin entrar en las tragedias causadas por el virus, la principal crítica es la nefasta gestión en múltiples asuntos. Algunos incluso se publican en el BOE (p.ej. n.120, p.17470). El jueves 30 de abril anunciaban la adjudicación, con fecha 31 de marzo, de un contrato de 4.300.000 € a "MJ Steps", de dirección y localidad desconocida para gestionar el "suministro de 1.000.000 de hisopos para toma de muestras". Un chanchullo aprovechando la crisis, como otros temas colaterales que escandalizan sobremanera. ¿Y nos dice "no hay plan B"?

Afirmar que no hay alternativa es una mala manera de obligarnos a creer. Una forma pésima de hacer y de comunicar tanto del propio Sánchez como de su equipo de gobierno. Pero así ha sido. Y seguro que fue sabiendo lo que decía. El presidente ni se inmutó. Esto es lo que hay. Sin despeinarse. Nos dejó clara su voluntad de seguir aplicando medidas excepcionales y liberticidas. Y si eso no fue suficiente, después, toda su ‘recatalla’ de subalternos nos ha remachado la misma estratagema siguiendo el comportamiento gregario habitual, cual jauría que muerde o piara que se regodea en el lodo de redes sociales. Hasta que la propaganda se convierte en un problema. Y mucho más en un contexto de incertidumbre tan complicado y difícil de gestionar.

Ni Pedro ni su ‘consorte’ Pablo Manuel se imaginaron nunca, en sus sueños más libidinosos, con tanto poder, tanta capacidad de mandar, de expropiar, confiscar y obligar como tienen estos días. Sin embargo, nunca como ahora es tan importante buscar alternativas consensuadas con las que salir de este desastre. Eso sí, sin ceder ni un milímetro de las conquistas del Estado social y democrático de derecho definido en nuestra Constitución de 1978. No basta con imponer desde la poltrona de Moncloa. Hay alternativas.

Lo primera es coordinarse y pactar, comenzando por los gobiernos autonómicos, que son las piezas clave de un Estado compuesto y cuasifederal como el nuestro. Hace falta adaptar las respuestas a los territorios y a sus circunstancias. Basta el ejemplo de nuestro país, de Aragón. Algo que Lambán ha ido apuntando desde el comienzo. ¡Cuántos contrasentidos e instrucciones absurdas hemos tenido que soportar! ¿En los pueblos donde no hay casos, hay que seguir manteniendo la alarma? La coordinación y el pacto también tiene que ser con el conjunto de las fuerzas políticas que quieren hacer mejor España. Si no están en esa lógica, no sirven y se debe decir claramente. La Constitución fija el horizonte donde hay mucho que mejorar y nada que renunciar.

La segunda es dar ejemplo y adelgazar el Gobierno. Suprimir ministerios, ministros y el séquito correspondiente. El dinero público no está para mantener estructuras ineficientes como la de este Gobierno de coalición. Donde, por ejemplo, de tapadillo y forzando las reglas han nombrado 25 directores generales como el de Políticas Palanca para el Cumplimiento de la Agenda 2030 o el de Derechos de los Animales. Quizá por eso, los perros y otras mascotas han podido salir a pasear desde el minuto cero y no tienen franjas horarias. En fin, siempre hay otra perspectiva. Siempre es posible otro nivel de detalle. Y siempre es posible una mirada más amplia. No nos vale que sólo tengan como plan agarrarse al poder y no soltarlo.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión