Jefe de Economía de HERALDO DE ARAGÓN

Economía con interrogantes

Reunión telemática de la consejera Gastón con economistas expertos.
Reunión telemática de la consejera Gastón con economistas expertos.
DGA

 Los economistas, esos expertos en predecir el pasado, según llegan a reconocer muchos de ellos medio en broma medio en serio cuando les recuerdan fallos que han cometido en sus previsiones, lo tienen hoy más complicado aún para acertar en sus estimaciones sobre los efectos que la crisis generada por la pandemia de la covid-19 tendrá en el PIB o en el empleo. Sobre todo porque no saben realmente cuánto tiempo estaremos sin vacuna y, por tanto, cuándo podemos dar por controlado del todo un virus con tantos fallecidos a lo largo y ancho del planeta.

El estado de alarma decretado para frenar la expansión del coronavirus ha estado acompañado en España de un confinamiento del que no había precedentes similares y que ayudará a salvar vidas, pero que tiene la cara B de un desastre económico cuyo alcance está aún por conocerse. La ministra de Economía, Nadia Calviño, cifraba hace unos días en un 9,2% la caída del producto interior bruto (PIB) y en hasta un 19% la tasa de desempleo a la que podremos llegar este 2020, un escenario más pesimista que los realizados por servicios de estudios de entidades diversas dentro y fuera de España. ¿Acaso porque es más realista?

En Aragón, el grupo de economistas expertos reclutados por la consejería de Economía para seguir esta crisis y proponer medidas que sean útiles para paliar los efectos de la debacle que ya empezamos a padecer señalaba que el descalabro en nuestra comunidad autónoma será menor que en el conjunto de España, entre otras cosas por nuestra menor dependencia del sector turístico, seguramente el más golpeado de todos. El equipo citado ‘ad hoc’ para esta coyuntura, encabezado por el catedrático Eduardo Bandrés, exconsejero de Economía (y valedor de Marta Gastón en el departamento), apuntaba en días pasados que el PIB aragonés podría caer entre un 6,1% y un 7,4%, frente a los más profundos descensos de entre el 6,6% y el 8,7% planteados por el Banco de España para el conjunto del país.

El equipo de expertos local argumenta que el daño puede ser menor aquí por las diferencias entre la estructura productiva aragonesa y la nacional, en la que destaca en nuestro caso un mayor peso relativo del sector agrario -que aguanta mejor, al ser considerada una actividad esencial-, el menor peso de la hostelería y de los servicios relacionados con el turismo y, finalmente, en el fuerte posicionamiento en la Comunidad aragonesa de la industria manufacturera y, dentro de ella, del sector de la automoción.

Dos factores serán determinantes en la evolución de la crisis. Por un lado, que el consumo no se hunda como ocurrió durante la crisis de 2008 y los años que le siguieron, cuando incluso muchos de los que no habían perdido su poder adquisitivo dejaron de comprar por falta de confianza. Y por otro lado, más importante aún, que las empresas -sobre todo las pymes, que representan más del 90% del total de las compañías que tenemos- mantengan la liquidez que necesitan para seguir en la brecha.

Lo dijo el grupo de expertos que apoyan a la DGA y lo corroboró la consejera Gastón en una entrevista con este diario publicada el pasado 1º de Mayo. Tras insistir en que son las empresas las que crean riqueza y empleo, la titular de Economía expresó su preocupación sobre las dificultades de financiación de nuestras pymes y autonómos en estas circunstancias. En esa misma línea se han manifestado varios de los directivos entrevistados por este periódico para la serie ‘Teletrabajando’. Sin músculo financiero para hacer frente al desafío de continuar trabajando pese a perder un 50%, 70% o un 90% de facturación (y no digamos si esta ha sido del 100%), mantener la actividad que da de comer a tantos trabajadores es una tarea hercúlea.

Los consejos de Bandrés y de quienes forman también el denominado Grupo Asesor de Economía covid-19 -Luis Lanaspa, Lola Gadea, Vicente Salas, Yolanda Sauras, Javier Nieto, Félix Longás, los cuatro agentes sociales (CC. OO., UGT, CEOE y Cepyme) y las Cámaras de Comercio- tienen mucho que aportar. En un momento como éste, vale la pena escuchar, y es ironía, a quienes saben predecir el pasado.

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