En los periodos bélicos el intervencionismo gubernamental aumenta, así como el gasto público, lo que se justifica por la prioridad del esfuerzo de guerra. Además, la producción se reorienta hacia la obtención de lo necesario para la contienda. En la situación actual, también observamos una extrema intervención del Gobierno para preservar nuestra salud, hasta cotas hace poco inimaginables, como el confinamiento o el parón productivo. ¿Introducirá el retorno a la normalidad algunos cambios en el papel de los gobiernos en la economía o todo volverá a ser igual que antes?

Frente a la profunda crisis económica que estamos experimentando, los gobiernos van a usar las políticas keynesianas, con más gasto público para estimular la actividad económica. También se va a recurrir a la utilización intensiva de los mecanismos del Estado del bienestar para garantizar unas rentas mínimas a los sectores más afectados por la crisis. Por último, varios líderes de ideologías diferentes, como el liberal Macron o el socialdemócrata Sánchez, plantean la necesidad de garantizar una suerte de ‘seguridad sanitaria’ en el futuro, es decir la producción nacional de bienes de primera necesidad en emergencias de salud. Ello exigiría su producción directa por empresas públicas o ayudas de estado (prohibidas por la UE) a empresas privadas, ya que puede que sus precios estén encima de los del mercado internacional.

Tras la excepcionalidad, el consenso será difícil de alcanzar y retomaremos el debate sobre el papel de los gobiernos en la economía.