No basta con citar a Kennedy

An elderly couple eats lunch at their home as they watch Spanish Prime Minister Pedro Sanchez on a television screen during a live news conference, due to the coronavirus disease (COVID-19) outbreak, in Ronda, southern Spain April 4, 2020. REUTERS/Jon Nazca [[[REUTERS VOCENTO]]] HEALTH-CORONAVIRUS/SPAIN
Una familia sigue desde su casa la rueda de prensa de Pedro Sánchez el pasado sábado.
Jon Nazca / Reuters

Se le debe disculpar al presidente del Gobierno que no anticipase el sábado a los ciudadanos, en su última pseudorrueda de prensa desde la Moncloa, detalles de cómo será esa salida progresiva del confinamiento que está preparando. No lo sabe ni él ni nadie en realidad, porque el camino que tenemos que recorrer es nuevo y desconocido. O, más bien, ni siquiera existe tal camino, habrá que ir abriéndolo al andar, como en el poema de Machado. Por delante de nosotros irán, es cierto, China e Italia, pera también en esos países andan a tientas y tendremos que estar atentos para aprender con rapidez de sus aciertos y de sus errores.

Lo que tiene menos pase es el tono embarullado y confuso de las largas disertaciones que Pedro Sánchez está dirigiendo a los españoles estos días. Y que, aparte de proyectar poca luz sobre el futuro inmediato, tampoco transmiten ni sensación de liderazgo político ni serenidad. De hecho, muchos ciudadanos han decidido no verlas ni en todo ni en parte, para que no se les hunda la moral. 

Está claro que ni Sánchez ni sus asesores áulicos venían preparados para luchar contra los elementos, pero se han encontrado, nos hemos encontrado todos, con una tormenta. Y sería deseable que quien está dirigiendo la nave acertase al menos a utilizar un lenguaje y un discurso que no se fueran a cada instante por los cerros de Úbeda ni se recreasen en repetir frases célebres, sino que transmitiesen a la vez la verdad sobre las circunstancias que atravesamos y la certeza de que alguien tiene el control de la situación y de que se está haciendo lo que hay que hacer. No basta con citar a Kennedy para ser un gran líder.

Y a no pocos españoles les preocupa también el efecto perverso que pueden tener las luchas de poder y las tendencias radicales dentro del Gobierno que preside Sánchez. Si en esta crisis es más necesaria que nunca la unidad de la nación, eso tiene que empezar por la del propio Ejecutivo. Y si todos hemos de trabajar pensando en el bien común y no en intereses particulares, es obvio que los primeros que han de estar a lo que hay que estar, son los miembros del Gobierno. Nos cabe la duda.

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