Confinamiento y flexibilidad
Aunque los datos sobre la epidemia reflejan ya la reducción de contagios, los expertos aconsejan prolongar las medidas de confinamiento, como ayer anunció el presidente del Gobierno, incluso más allá del 26 de abril, si bien de una manera flexible y adaptada a las circunstancias, que deberían mejorar a partir de ahora. El llamamiento de Sánchez a un gran acuerdo nacional, semejante a los históricos Pactos de la Moncloa debe marcar el inicio de una política de reconstrucción.
El presidente del Gobierno confirmó ayer que solicitará la prórroga del estado de alarma hasta el 26 de abril y anunció que continuará incluso más allá de esa fecha. No obstante, la actividad de buena parte de los sectores económicos no estratégicos, paralizada desde el 30 de marzo, podrá reemprenderse después de Semana Santa. La ‘hibernación’ de la economía española se suavizará de esa manera y Sánchez señaló que las medidas concretas para mantener el distanciamiento social se irán articulando de manera flexible con vistas a avanzar progresivamente hacia una situación de normalidad. El presidente insistió también en que el Gobierno español, junto al italiano y al francés, continúa defendiendo la necesidad de que la Unión Europea apoye de una manera más enérgica y solidaria el mantenimiento y posterior relanzamiento de la actividad económica. Una exigencia en la que Europa se juega su futuro. Entre tanto, es evidente que el Gobierno, las fuerzas políticas y los agentes sociales en España tienen que ir preparando la salida de la crisis económica provocada por la epidemia. Los históricos Pactos de la Moncloa constituyen una referencia moral que puede ahora mismo inspirar el tipo de gran acuerdo nacional que será necesario. Sin perjuicio de la indispensable crítica al Ejecutivo y del control democrático, en tiempo y forma, de sus actuaciones, la responsabilidad de todos es la de generar consensos que permitan a España superar cuanto antes esta dramática etapa.
