Por
  • José Manuel Casado y Natalia Fanlo

¿Tendremos memoria?

Aragon pueblo a pueblo. Royuela. Foto Antonio Garcia/bykofoto.07/11/18 [[[FOTOGRAFOS]]] [[[HA ARCHIVO]]]
Granja de ovino en Aragón.
Antonio Garcia/Bykofoto

Qué valientes solemos ser con el débil! ¡Qué poco cuesta tomar decisiones que le perjudican! ¡Cómo se manejan sus hilos!

Estamos viendo en el sector ovino movimientos raros, consensos oscuros y presiones descaradas a quien con profesionalidad intenta hacer la tarea que tiene encomendada.

¿Para qué nos sirven las lonjas de ovino si no marcan unos precios? ¿Acaso su función no es esa? Los ganaderos no entendemos qué tengan otro papel.

¿Qué aporta la suspensión de cotización a la estabilidad del sector? ¿O es que esa inestabilidad le viene bien a alguien?

Estamos pasando una situación durísima como país. Muchos sectores acusaremos el destrozo económico que está provocando este virus y Dios nos libre, a los ovejeros, de hacernos las víctimas en esta tesitura. Pero en estas situaciones tan anómalas, echamos mano de referentes y pautas de comportamiento, que deben ser ejemplares, huyendo de toda acción que genere nerviosismo e incertidumbre en el mercado de la alimentación.

Se intentan sacar conclusiones precipitadas de una semana anómala, para mal, que viene precedida de dos semanas de aclaración de alimentos. Las noticias que llegan del mercado nacional no son buenas, pero chocan con las que llegan de la exportación a los países árabes, donde la demanda aumenta hasta el punto de cargar barcos con más hembras y menos kilos. Además, por suerte, partimos de unos cebaderos desahogados, gracias a esta situación.

Este movimiento parece una lectura interesada, sabiendo que los ganaderos tragamos con todo. ¿Qué se pretende con esto? ¿Hacer leña del árbol caído? ¿Qué se pretende presionando a quien sí ha tenido la valentía de cotizar en sus tablillas el precio del cordero?

Esperamos que los ganaderos tengamos la inteligencia de sacar las conclusiones acertadas, de saber quién es coherente y quién no, quién nos vende a la primera de cambio por no tener la valentía y seriedad que se le supone. Esperamos que sepamos unirnos para pasar factura a quien corresponda cuando esto pase.

Ahora es tiempo de tranquilizarnos y unirnos, de denunciar los abusos si se producen, de arrimar el hombro ante esta situación que pasamos como sociedad.

Pedimos que se reconduzca esta situación, a nivel nacional, que solo el ovino/caprino está sufriendo. Es injusto que ante la más mínima duda e inestabilidad se cargue siempre contra el ganadero.

No creemos que esto haya beneficiado en nada sino todo lo contrario, ni haya traído tranquilidad ni estabilidad.

La estabilidad del mercado vendrá y asumiremos la adaptación de los precios en función de una situación real siempre con transparencia y objetividad, nunca dando pie a la ley de la selva donde siempre gana el más fuerte, comiéndose al débil, al de siempre, a los ganaderos.

José Manuel Casado y Natalia Fanlo son responsables del Sector Ovino de UAGA

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