El Consejo de Ministros ha aprobado un nuevo paquete de iniciativas para hacer frente al impacto socioeconómico de la pandemia del coronavirus, en concreto un amplio listado de ayudas y de medidas de alivio para intentar sostener el tejido empresarial y para paliar la escasez de ingresos en los hogares. Después de un aciago fin de semana para el Gobierno, donde dio la sensación de desconcierto, vuelve a empuñar el timón para ampliar la red de seguridad para algunos de los colectivos más vulnerables en el mercado laboral, desde los autónomos y las pymes a los trabajadores temporales que se han quedado en paro sin derecho a prestación

Ante la inesperada batalla que España, y todo el resto de la comunidad internacional, estamos librando contra el Covid-19 no basta con apoyar nuestro sistema de salud y hacer cuarentena. Desde luego que en estos momentos es lo fundamental, pero, además, hemos de cubrir las consecuencias económicas del descenso de la actividad económica que es imprescindible para acabar con el virus. Por eso, las medidas aprobadas ayer por el Ejecutivo eran necesarias e incluso urgentes. Solo un esfuerzo colectivo reducirá y abreviará el sufrimiento causado por la pandemia.

La ‘hibernación’ del tejido productivo español, la ‘cuarentena’ de las empresas, el desplome de la demanda en numerosos sectores y la caída de ingresos en muchos hogares conforman una amenaza sin precedentes sobre el bienestar de los ciudadanos, que se une a la extensión del propio virus. Este desafío histórico para España es de parecida envergadura para toda Europa o lo será pronto. Por ello, es tan razonable como urgente que la UE ponga en marcha una estrategia de mutualización de las deudas nacionales, a través de los eurobonos, como el modo más adecuado para proporcionar recursos a los Estados con los que evitar una profunda depresión.