Por
  • Salvador Arenere

Anticiparse

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La playa de Benidorm, cerrada por el coronavirus.
Manuel Lorenzo / Efe

Benidorm siempre fue pionero y su modelo de turismo, nos guste más o menos, es un modelo de éxito, uno de los destinos turísticos más importantes del mundo. Han sido capaces de resolver uno de los mayores problemas del sector turístico: la estacionalidad fuera de la temporada veraniega. Benidorm tiene uno de los índices de ocupación mayores de España. Es un modelo sostenible. Su modelo urbanístico, premiado fuera de nuestras fronteras a pesar de las críticas por su estética, es único y permite a un alto porcentaje de turistas ver el mar y tomar el sol desde su terraza en segunda, tercera y cuarta línea. Objetivo fundamental de sus visitantes. Al ser un modelo integrado con libertad en las alturas es un modelo compacto, lo que permite reducir los costes de infraestructuras y todo el tratamiento de residuos y basuras, así como el mantenimiento de las mismas.

Pues una vez más acierta en la respuesta a la crisis del coronavirus. Lejos de estar lamentándose, por su economía de monocultivo al depender exclusivamente del turismo, ha tomado la decisión de iniciar una campaña de promoción para el mercado nacional: «Visita Benidorm». En ella, «se prepara para reenganchar de nuevo a los turistas tras la crisis del coronavirus». Se trata de una serie de acciones con el objetivo de ‘anticiparse’ a los acontecimientos -dicen en su estrategia- y empezar a trabajar ya para el futuro. 

Estamos bombardeados permanentemente con información sobre la pandemia, para concienciar a todos de las indicaciones y los hábitos más aconsejables para la prevención. Perfecto. Sin duda es adecuado. Pero de poco sirve ya fustigarnos de si debimos tomar medidas antes, de haber seguido el modelo chino o coreano, ‘anticipando’ las medidas adoptadas hace unos días, de haber puesto en práctica un modelo menos centralizado en la adquisición de mascarillas, batas y otros elementos como los tests para conocer, ‘anticipando’ el número de contagiados, de haber evitado concentraciones multitudinarias, de haber controlado la entradas de turistas (somos la tercera potencia turística del mundo, 83 millones al año), de descongestionar Madrid en llegadas y salidas de AVE... Ha llegado el momento de pensar en el futuro que esperamos próximo y desarrollar acciones público-privadas para la recuperación, ‘anticipándonos’.

China, Corea y otros países del sudeste asiático se van a recuperar antes, y eran, son y seguirán siendo un gran mercado, posiblemente mayor para nuestras exportaciones. Desde nuestras casas, los directivos y empresarios activemos al máximo los contactos y busquemos nuevos mercados, mantengamos y recuperemos a nuestros clientes con acciones y propuestas atractivas. Desde la Administración, separemos los objetivos y las tareas. Por una parte, el fundamental y prioritario, la sanidad y la atención a los contagiados, a las familias y a los que lamentablemente están asistiendo al fallecimiento de sus seres queridos sin poder estar con ellos. Incluso debiéramos pensar en algún formato virtual que sustituya el funeral físico para que los familiares no se sientan solos.

Esto es lo prioritario, pero... Los responsables económicos, una vez tomadas medidas económicas que deberán ampliarse, han de poner en práctica actuaciones que acompañen a las empresas en la recuperación de la actividad productiva, a los autónomos, comercios, servicios, etc. El mayor apoyo social es el empleo, la mejor aportación que debemos desarrollar los directivos y empresarios es preservar el empleo, sin duda, y a esta tarea debemos aplicarnos al máximo todos.

Salgamos del lamento y desarrollemos todas nuestras capacidades y ‘anticipemos’ toda la actividad posible para salir con mayor fuerza si cabe a la que teníamos antes de esta pandemia global. Debemos tener la seguridad que dentro de unos días recordaremos sin duda a nuestros seres queridos que sufrieron en soledad esta terrible epidemia. Pero saldremos a las calles de nuevo con grandes deseos de vivir, de disfrutar de nuestras familias y de nuestros amigos, de volver a nuestra actividad laboral, deportiva, social, de ocio, de desplazarnos a la playa, a la montaña.

Esto sucederá de nuevo en todo el mundo, unos antes y otros después, y lo haremos con más fuerza que antes. ¿Por qué? Sencillamente, porque habremos pasado una pesadilla tremenda. Los que tengamos la suerte de seguir aquí y seremos/serán (es así) muchos, la mayoría, y nuestra forma de pensar y de actuar cambiará bastante. Se activará la actividad económica con gran fuerza y debemos estar preparados para ello. Esta crisis es muy fuerte, afectará a prácticamente todos los sectores, pero la gran diferencia con la pasada será en la parte económica, más corta, perderemos una parte importante del 2020, pero lo recuperaremos después. Por lo tanto, a trabajar, amigo.

Salvador Arenere es presidente de la Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón (ADEA)

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