Repesca de discursos

Gabriel Rufián en el pleno del Congreso.
Gabriel Rufián en el pleno del Congreso.
Europa Press

El ejército suizo ha sido movilizado por vez primera desde la II Guerra Mundial, contra el coronavirus del 19: 8.000 profesionales están actuando en hospitales, carreteras, aeropuertos y fronteras.

Discursos 1 y 1 bis

En el pleno del Congreso del miércoles, el separatista Rufián, con el tono pausado que ha adoptado en esta fase de su evolución actoral, zahirió cuanto pudo a los militares y a la bandera. "Las banderas ni alimentan ni curan virus... Aquel que piense que con toques de corneta y pandereta (...) se soluciona todo esto, pasará simplemente a la papelera de la historia. Menos unidad patriotera de cartón piedra y más sanidad pública de calidad; menos Guardia Civil y Ejército patrullando y más recursos para el personal sanitario (...) Los hospitales no necesitan militares (...) Proponemos una reducción del presupuesto militar en un 40% para dedicarlo íntegramente al sistema público de salud. (...) Pero si esto les parece muy radical, proponemos una alternativa mucho más inmediata: que desde ya los recursos destinados al despliegue militar previsto durante esta crisis se dediquen íntegramente a medios para médicos y enfermeros. Repito: los hospitales no necesitan militares".

Se calla, claro, la mala gestión de su gobierno separatista y no solo ignora lo que sucede en Suiza -y en otros países-, sino que ignora o finge ignorar qué están haciendo en España la Guardia Civil y, más en particular, ciertas unidades militares -también de la Armada y el Ejército del Aire-, lo que le incluye o en la categoría de los necios o en la de los cínicos.

En España, y en menor número absoluto que en Suiza, los militares están operando en quinientas poblaciones. Se ocupan de tareas arduas, como el peliagudo transporte masivo de cadáveres infectados; refuerzan la insuficiencia de las policías locales -cada militar emparejado a un agente libera a otro para un servicio en el que es más experto que el soldado-; desinfectan lugares de mayor riesgo; instalan y atienden hospitales complementarios; custodian infraestructuras críticas (por ejemplo, tres centrales nucleares); y, por descontado, ejecutan acción médica y sanitaria propiamente dicha donde se les ordena. Contra lo que dice Rufián, la bandera y los militares son útiles en la pandemia. Nueve concejos catalanes, por ejemplo, ya les han dado las gracias.

Este botarate podría haber criticado, en materia militar, la actitud del Centro de Coordinación de Desastres de la OTAN, al que España pidió ayuda sin éxito. Pero para eso tendría que estudiar.

Siete días después, también en el Congreso, Rufián persistía en su sermón populista: "Las banderas ni alimentan, ni cuidan, ni curan, ni consuelan (...) Hay un tufo a naftalina y a patrioterismo de corneta y pandereta". Con esta monserga queda bien ante su grey y pretende distanciarse un poco de españolazos militaristas tan conocidos como Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, que han ordenado la movilización y le piden el voto. Le hicieron eco señorías de parecida laya: la batasuna Aizpurua y la locuaz Mireia Vehí, de la CUP, que habló, muy creativa, de «señores vestidos de militar» y de que se quiere «gobernar por el terror (sic)». Tan ignorante como Rufián, llegó a citar a Rosa ‘de’ Luxemburgo (sic). (¿Si será el título de una opereta?).

Discurso 2

El turolense (de Cretas) cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, ha escrito el día 22 a los obispos de la Conferencia Episcopal Española, que preside, una carta que cierra con su firma manuscrita y se abre con el marbete de la Conferencia. Les anuncia la consagración, mediando los fraternos prelados portugueses, "de la Península Ibérica y sus islas a la Santísima Virgen" de Fátima. ¿Pero, cómo, si la península ibérica no tiene islas? Las islas a que parece aludir el cardenal no son de ninguna península, sino de España y Portugal. Ergo es obvio que la frase ha sido concebida para evitar nombrar a España.

Alguien se ha percatado y la carta se ha esfumado en las redes, sustituida por versiones que han reparado la sonrojante omisión. ACI prensa, agencia católica con base en Lima y de cobertura mundial, dice que será consagrada «toda la Península Ibérica, que comprende España, Portugal y sus respectivas islas». Europa Press mejora también a Omella: se «hará la consagración de toda la Península Ibérica, España y Portugal, y de sus respectivas islas». ‘Alfa y Omega’ también lo alivia: «...consagración de Portugal y España». Todos han procurado ‘lavar’ ese pecado original.

Discurso 3

Día, 26, ministra Celaá, sonriente y confiada: "El curso no se va a perder por mor del coronavirus". Vistos los precedentes, se propone esta traducción: ‘No sufran, se hará lo preciso para que sus hijos lo aprueben todo este verano’. Es mujer muy inclusiva.

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