Incultura científica
Santiago Ramón y Cajal el día de su jubilación, el 1 de mayo de 1922, enunció una frase antológica: "Se ha dicho hartas veces que el problema de España es un problema de cultura. Urge, en efecto, si queremos incorporarnos a los pueblos civilizados, cultivar intensamente los yermos de nuestra tierra y de nuestro cerebro, salvando para la posteridad y enaltecimiento patrios todos los ríos que se pierden en el mar y todos los talentos que se pierden en la ignorancia". Un siglo después seguimos igual. O peor, pues vivimos en un mundo en el que la ciencia gana peso y la cultura científica en España se ignora y la ciencia se descuida.
Farhad Manjoo, columnista del ‘New York Times’, ha escrito un artículo de opinión titulado ‘El coronavirus es lo que obtienes cuando ignoras la ciencia’. Recuerda que "los textos religiosos dicen que las sociedades se enfrentan a la destrucción cuando se olvidan de Dios. El coronavirus, como el desastre acelerado relacionado con el clima, muestran a lo que nos enfrentamos cuando decidimos cegarnos a la ciencia".
En redes sociales y medios de comunicación a menudo la ciencia se substituye por información errónea. En la sociedad se han producido movimientos antivacunas, la homeopatía goza de buena salud y algunos negacionistas del cambio climático gobiernan. La forma en la que combatiremos las amenazas más graves que enfrenta la humanidad dependerá de cómo los gobiernos y los ciudadanos entiendan e interpreten los hallazgos y las advertencias de la ciencia.
