El ministro Luis Planas ha anunciado en FIMA que el Plan Renove de maquinaria agrícola se eleva de 5 a 8 millones de euros. Habrá, además, una nueva línea de avales para facilitar créditos con los que los profesionales del sector puedan modernizar sus herramientas de trabajo. Es otro paso de los muchos que hay que dar para asegurar la viabilidad económica y social del sector primario. No debería servir, de cualquier modo, para aplazar la negociación de una verdadera solución a largo plazo: una PAC más justa.

Agricultores y ganaderos están haciendo oír sus justas reclamaciones en buena parte de las ciudades españolas y también en Bruselas. Y el Gobierno ha estado rápido en lanzar varias medidas como respuesta a este levantamiento que de forma inesperada ha surgido en la España interior. Primero ha sido, en el Consejo de Ministros del pasado martes, la modificación de la Ley de la Cadena Alimentaria para recomendar que las relaciones entre productores y las cadenas de intermediación se regulen mediante un contrato en el que aparezcan los costes de producción para evitar la compra a pérdidas, una consecuencia ruinosa para quienes viven de sus cosechas o de sus ganados. La segunda respuesta ha llegado por boca del ministro Planas al anunciar en Zaragoza más dinero (aunque solo sean tres millones más) y avales para la renovación de maquinaria agrícola. También habrá beneficios fiscales para el campo. No es extraño que agricultores y ganaderos perciban estas primeras y tímidas decisiones como insuficientes. Los problemas de la producción y de los mercados agrarios solo pueden atajarse mediante acciones persistentes en varios frentes, empezando por acometer los regadíos pendientes y siguiendo por aprobar una nueva Política Agrícola Común sin recortes presupuestarios y que llegue prioritariamente a quien trabaja la tierra y vive en el medio rural.