No le eches la culpa a la aceituna
Pendiente del encuentro con Torra y del ‘2019nCoV’, podría pasar que el Gobierno no diera importancia a la expansión de otro virus, el del desempleo, que empieza a dar muestras inquietantes de su capacidad destructora. Los datos de paro registrado del mes de enero han dejado la peor cifra desde que terminó la crisis. El desempleo aumentó en 90.248 personas y, además, se perdieron 244.000 afiliados a la Seguridad Social, lo que supone también la caída más abultada desde la salida de la crisis.
El campo manifiesta de modo especial los síntomas. La protesta de los agricultores está estropeando la foto de los agentes sociales y el Gobierno en la firma del aumento del salario mínimo. Pero justamente por eso deberían escuchar atentamente a estos testigos incómodos. Achacar las protestas a los terratenientes, como hizo Pepe Álvarez, secretario general de UGT, o cargar las tintas sobre los problemas de la cosecha de aceitunas, como ha ha hecho el titular de Agricultura, Luis Planas, un ministro que conoce perfectamente el sector y que por otro lado ha mostrado su disposición a mediar con las grandes cadenas de distribución, no parece acertado.
Las cifras reflejan una tendencia que debería poner en alerta a todo el nutrido gobierno PSOE/Unidas Podemos, de modo que puedan enderezarla cuanto antes.
