Director de HERALDO DE ARAGÓN

‘Impasse’

Guitarte, en la investidura de Pedro Sánchez.
Guitarte, en la investidura de Pedro Sánchez.
EFE

Superada la investidura y definido el nuevo Gobierno de coalición sobre la base del núcleo duro del anterior Ejecutivo, llega la retadora convivencia con el día a día. Mediáticamente mucho más desinflamado, aunque sostenido en un clima de atención que le acompañará toda la legislatura, Teruel Existe busca acostumbrarse a la relación con un Congreso ajustadísimo en las mayorías que ha convertido a una agrupación de electores en un partido sostén del Gobierno al que hay que añadir una marcada carga ideológica que rompe con su supuesta transversalidad. Cada nueva votación en la Cámara baja mirará hacia Tomás Guitarte, quien ha pasado a ser el diputado imprescindible para el PSOE y para Pedro Sánchez tras el acuerdo de investidura con los independentistas. Lo malo de los deseos es que en ocasiones corren el riesgo de cumplirse, convirtiendo en realidad una voluntad de influencia que se pensaba inocua. Es la política y sus absurdos, plagada de contradicciones y excesos, que hace que, en Aragón, el PSOE se incomode ante el oportunismo de Teruel Existe mientras en Ferraz se disfrute con su presencia.

Abiertamente criticada en campaña electoral por el presidente Javier Lambán, la agrupación turolense, que decidió renunciar al camino que adoptaron Ana Oramas de Coalición Canaria y el Partido Regionalista de Cantabria, ha quedado definida por el que fue su estreno en el Congreso. Son muchos los interrogantes que ahora se abren sobre los próximos pasos que adoptará Teruel Existe, aunque el primero de ellos es saber si optará por dar el salto a nivel autonómico y municipal tras la trascendencia lograda en toda España.

En este clima de incomodidad en el que se encuentra el PSOE aragonés por la convivencia obligada con Teruel Existe se ha conocido el nombramiento de Teresa Ribera como cuarta vicepresidenta en tareas de Transición Ecológica y Reto Demográfico. Persona de confianza de Sánchez y responsable de la visión verde del presidente, Ribera posee una doble cartera que afecta de lleno a Aragón y que exigirá una curiosa convivencia con el Gobierno regional y con Teruel Existe.

Instalado en la prudencia, el presidente Lambán ha sostenido con Ribera una intermitente relación, al igual que el resto de barones, que le ha impedido trabar en el pasado una relación de confianza con un ministerio que hoy se muestra clave.

La nueva mayoría lograda por Sánchez también afectará al discurso político nacional de Lambán. Con límites a la hora de incidir abiertamente en las muchas oportunidades que existen de fijar postura y asentar criterio sobre la situación en Cataluña, el inquilino del Pignatelli sabe que, al menos de momento, es mejor centrarse en emprender un renovado impulso dentro de su partido en Aragón y en el Gobierno cuatripartito. Si bien resulta evidente que Sánchez ha pedido un tiempo de transición a sus barones, también parece claro que Lambán no puede ni debe frenar su acción de gobierno y mucho menos su imagen política.

En cualquier caso, donde Lambán no podrá contenerse será en el debate que más pronto que tarde se abrirá sobre la financiación autonómica. Aparte de la baza negociadora frente a Cataluña que significa para Sánchez cualquier cuestión económica, un nuevo modelo de financiación asentado prioritariamente en un criterio de población, algo que beneficia a las comunidades más pobladas, puede causar un serio quebrando en las cuentas regionales. Ignorar la realidad aragonesa y los muchos problemas generados por la dispersión y el envejecimiento puede apartar a Aragón de la carrera por el crecimiento y la mejora.

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