La responsabilidad personal del diputado

Los diputados socialistas votarán como movidos por un mismo resorte.
Los diputados socialistas votarán como movidos por un mismo resorte.
Juan Carlos Hidalgo / Efe

Cuando está a punto de consumarse, esta misma mañana, una investidura que produce no poco desasosiego a muchos españoles, cabe detenerse un instante para realizar un pequeño ejercicio de política ficción. Supongamos que los diputados españoles tuviesen que recibir para ser elegidos, como los franceses o los británicos, el voto directo a su persona, a su nombre y apellidos, de los ciudadanos de un distrito del que será único representante quien obtenga más votos. Es decir, supongamos que no pudieran esconderse ni excusarse, como hacen ahora, ni en una lista ni detrás de unas siglas, sino que su responsabilidad personal, como ocurre en esos otros países, resultase patente para una ciudadanía a la que tendrían que rendir cuentas dando la cara en los siguientes comicios. ¿Votarían entonces todos y cada uno de los ciento veinte diputados del PSOE lo mismo que van a votar hoy? ¿No habría más de uno que se lo pensaría dos veces? Porque hoy los vamos a ver a todos ellos -incluidos los seis que fueron elegidos en las provincias aragonesas- votar como movidos por un mismo resorte, pero, más allá de la disciplina de partido en la que se camuflan, cada uno de ellos estará adquiriendo una responsabilidad individual al impulsar el futuro de España en una dirección que, como poco, parece que puede resultar muy peligrosa.

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