Por
  • Juan Luis Saldaña

El planeta

(Greenland), 01/06/2019.- A handout photo made available by NASA shows a satellite image of meltwater lakes forming on the surface of Greenland's Petermann Glacier in June 2019 (issued 11 December 2019). A new study found that the number and elevation of meltwater lakes in Greenalnd is increasing. Earth's glaciers and ice sheets as seen from space are providing scientists with new insights into how the planet's frozen regions are changing. (Groenlandia) EFE/EPA/NASA/USGS HANDOUT HANDOUT EDITORIAL USE ONLY/NO SALES Meltwater lakes form on the surface of Greenland's Petermann Glacier
Fotografía de satélite que muestra el deshielo en Groenlandia.
NASA/USGS/Efe

El planeta es el nuevo concepto absoluto que nos quieren vender. Ya no lo llaman mundo porque suena a gente. Nos han hablado de territorios hasta la saciedad. El territorio mueve la parte irracional del colectivo, pero no es más que un trozo de tierra. Se agotó la cantinela. Hablamos de zonas vacías y es entonces cuando vemos a las personas que están detrás y les hacemos algo de caso cuando sacan un escaño. El planeta es el nuevo concepto indiscutible, el gran territorio, pero es otra vez lo mismo. Nos dicen que no tiene un plan b. Mienten. La Tierra tiene 4.467 millones de años según un reconocido estudio de la Universidad de Cambridge. Tiene millones de planes. Ha vivido diferentes eras y ha tenido habitantes variados. El que no tendría ese llamado plan b es el ser humano. Sin embargo, podemos encontrar hoy mismo casi tres millones de resultados en el famoso buscador de internet con la expresión ‘salvar el planeta’. La Tierra seguirá girando indiferente. Mientras, junto a la reducción de emisiones y demás reivindicaciones, empezamos a escuchar propuestas curiosas como la de no tener hijos para salvar el planeta. Cada vez hay más artículos que lo sugieren. Por otro lado, hay tres billones de árboles en la Tierra. Son siete veces más que hace diez años. Etiopía plantó 350 millones de árboles en doce horas. Echen cuentas. Lavoisier sigue teniendo razón: el agua no se destruye, se transforma. Son siempre los mismos ciclos. Miedo, desesperanza, dominio, poder, control. Rotación, traslación. El planeta eres tú.

Juan Luis Saldaña es escritor y periodista

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