Una animada conversación

No son conversaciones distendidas lo que sobra en la política española.
No son conversaciones distendidas lo que sobra en la política española.
HERALDO

¿Pero cómo se le ocurre a Iván Espinosa de los Monteros, diputado de Vox, ponerse a charlar amigablemente con Pablo Iglesias, dirigente de la ultraizquierda chavista? ¿Pero cómo se le ocurre a Pablo Iglesias, diputado de Podemos, entablar animada plática con Espinosa de los Monteros, conspicua figura del neofranquismo? Pues, quizá, porque los dos son personas, y además compatriotas, porque mantienen, a pesar de los anatemas que intercambian en público, un algo de buena educación y porque se encontraban en el mismo salón durante un acto social. Simplemente. La conversación entre ambos durante la recepción del aniversario constitucional les ha valido críticas y hasta ha provocado el escándalo. Pero a muchos españoles nos produce más bien un cierto alivio. Lo que sobran en la vida política nacional no son las conversaciones distendidas, sino las excomuniones, los estigmas y la hiperbólica descalificación del adversario. Que, celebrando el día de la Constitución, dos ‘enemigos’ encarnizados acierten a reírse juntos sugiere incluso un benéfico simbolismo. A fin de cuentas, eso es la Carta Magna, el lugar de encuentro para las diversas tendencias de una sociedad plural. Los españoles debemos ser conscientes de que, después de cada batalla política, gane quien gane, tendremos que seguir viviendo y trabajando juntos.

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