Renovación permanente
La Universidad de Zaragoza vuelve a perder impulso en la matriculación de sus másteres y registra en el actual curso un 10% menos de alumnado que en el anterior. Las causas principales son la falta de especialización y de internacionalización. Los centros educativos tienen que actualizar constantemente su oferta, sobre todo en las etapas finales de los ciclos formativos para que los alumnos aprecien el interés de ampliar su currículo y de invertir en ello.
Una de las rémoras principales de las universidades españolas es precisamente su falta de internacionalización, y la de Zaragoza no ha escapado a este lastre. Por ello, el campus público aragonés trabaja para mejorar este aspecto. Uno de sus nuevos objetivos es la puesta en marcha de once postgrados de carácter internacional para el próximo curso. Pero debe hacer también un esfuerzo para renovar constantemente su oferta con el objetivo de mejorar la especialización de los alumnos y su empleabilidad. Los másteres representan un desembolso importante para las familias, que deben ver recompensado ese esfuerzo económico. Recuperar el impulso centrándose en sectores pujantes como la robótica, la estadística aplicada a la biología o al descubrimiento de fármacos y la astrofísica, parece una opción acertada. Sea como fuere, la especialización y la internacionalización de los másteres solo son dos de los desafíos que tiene por delante la Universidad de Zaragoza y la mayoría de los demás campos españoles. La Educación Superior sigue arrastrando problemas desde lejos: el viejo nepotismo ha adoptado nuevas formas en la selección del personal, la calidad y originalidad en la investigación deja que desear, hace falta mejor financiación, mayor autonomía y más autoridad en quienes la dirigen. Las elecciones a rector que se celebrarán en abril son una buena oportunidad para ampliar el debate de ideas y de propuestas.
