Adjunto a la Dirección de HERALDO DE ARAGÓN

El aniversario de una conquista histórica

Hong Kong (China), 17/11/2019.- Pro-democracy protesters look on during clashes with police outside the Hong Kong Polytechnic University (PolyU), in Hong Kong, China, 17 November 2019. Hong Kong is in its sixth month of mass protests, which were originally triggered by a now withdrawn extradition bill and have since turned into a wider pro-democracy movement. (Protestas) EFE/EPA/FAZRY ISMAIL Protests in Hong Kong
Protestas en Hong Kong (China)
FAZRY ISMAIL

Mañana se celebra el Día de los Derechos Humanos. Sirve de recordatorio de aquel 10 de diciembre de 1948 en que medio mundo salía de una época de pesadilla: la Segunda Guerra Mundial y sus antecedentes de una prolongada depresión económica, el auge de los totalitarismos y un reguero sangriento de persecuciones y horrores. Sobre las cenizas de ciudades machacadas y campos de exterminio, la recién nacida ONU aprobó un documento que supuso un punto de partida, desde una perspectiva jurídica y moral, para el mundo de la posguerra: la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El documento representa un antes y un después en la Historia porque proclama los derechos inalienables e inherentes a todos los seres humanos, sin importar su raza, color, religión, sexo, idioma, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, propiedades, ni ninguna otra condición. Se trata de una conquista auténticamente histórica.

Setenta y un año después, la Declaración se ha convertido en el rasero al que tienen que rendir cuentas, aunque sea hipócritamente, todos los gobernantes. No resuelve los problemas de la gente, pero constituye un acicate y una esperanza ya que es una lista que se puede exigir y es un argumento para rebelarse cuando no se cumple. La enunciación de los derechos humanos no hace ni más libre ni menos indigente a nadie, pero hoy son la frontera que separa las democracias liberales de las dictaduras. Y se ha logrado mucho, aunque mucho también queda en la lucha por los derechos. Para empezar, los cambios que generan la revolución tecnológica. China, un líder global de la digitalización, utiliza el ‘big data’, la inteligencia artificial y el reconocimiento facial para controlar a la población a unos niveles sin precedentes. 

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