El PSOE se apoya en el PP y Cs
Pedro Sánchez está aún muy lejos de formar un gobierno y, sin embargo, ya ha protagonizado un llamativo choque con sus teóricos socios para la investidura. El PSOE se ha tenido que apoyar en el PP y Ciudadanos para frenar la ‘república digital catalana’, mientras que Unidas Podemos ha optado por la abstención y todos los nacionalistas (Compromís, el PNV, ERC, Junts y Bildu), además de Vox, se han posicionado en contra. Con esta indigerible contradicción bajo la manga, los socialistas acuden hoy a negociar con ERC la investidura.
Los hechos, la penúltima votación en la Diputación Permanente del Congreso antes de que se constituya la nueva Cámara, ya dejan bien clara la situación esquizofrénica en la que Sánchez se ha instalado. Hoy mismo pretende pactar su investidura, o al menos empezar a negociarla, con los secesionistas que ayer votaron en su contra cuando el PSOE debió apoyarse en el PP y en Ciudadanos para defender la unidad de España frente a la pretensión de la Generalitat de crear una especie de ‘república digital catalana’. Cada nuevo paso que da el candidato socialista parece hundirse aún más en arenas movedizas. Y no solo por la provocadora y desafiante actitud de ERC, sino también por el errático comportamiento de Podemos e incluso del PSC.
Llegados a este punto, el PSOE debe marcar ya con claridad cuáles son los límites de la negociación con fuerzas como el PNV, Esquerra o Bildu. La investidura de Sánchez no es la línea de llegada, sino la de salida; si finalmente logra formar un Gobierno, lo importante para la ciudadanía, para el conjunto del país y para la UE es qué hará y cómo. Y aunque algunos dentro del Partido Socialista se empeñen en que hoy el objetivo es pactar la investidura, el fin no justifica todos los medios. El PSOE es por historia y por principios un partido de Estado.