Las mismas caras, los mismos discursos

Main candidates for Spanish general elections People's Party (PP) Pablo Casado, Spanish acting Prime Minister and Socialist Workers' Party (PSOE) Pedro Sanchez, Ciudadanos' Albert Rivera, Unidas Podemos' Pablo Iglesias and Vox's Santiago Abascal prepare for a televised debate ahead of general elections in Madrid, Spain, November 4, 2019. REUTERS/Susana Vera [[[REUTERS VOCENTO]]] SPAIN-ELECTION/DEBATE
Los cinco de abril, los cinco de noviembre.
Susana Vera / Reuters

Repetimos elecciones y los partidos quieren dejárnoslo muy claro. Por eso nos vienen con los mismos discursos, o poco más o menos, y las mismas ideas -o falta de ellas- que hace seis meses. Votamos en noviembre, pero el menú es idéntico al de abril. Y, por supuesto, con las mismas caras. Es una pena que los partidos políticos no sean un poco más elásticos. Se ve que sus estructuras son demasiado rígidas, demasiado jerárquicas. Da igual que hablemos de los viejos partidos que de los nuevos, todos parecen imposibilitados para la agilidad. Carecen de cintura. Si fueran un poco más flexibles alguno de ellos hubiera podido cambiar de cartel y poner como primera candidata a una mujer. No hubiera estado mal para variar. Y el cambio hubiera facilitado mover también un poco el discurso y la estrategia. Los electores lo hubiéramos agradecido: tener que repetir los mismos platos después de que la última comida se nos atragantó no es un buen plan. Además, dos de los cinco principales partidos, Ciudadanos y Podemos, lo tenían muy fácil, porque cuentan, justo en el segundo nivel, con mujeres conocidas y políticamente valiosas, Inés Arrimadas e Irene Montero. Quizás la teoría política aconseja no cambiar el liderazgo en mitad de la carrera. Pero la teoría no siempre acierta y a veces es el que se mueve quien mejor sale en la foto.

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