A los niños con cáncer, como a todos los niños, les gusta el chocolate, que les guarden los secretos y que los quieran todo el rato. Les gusta abrazar a sus amigos, recibir cartas de amor, que cada jornada gane su equipo y que les cuenten cuentos. A los niños con cáncer les gusta que llueva para pisar los charcos y, sobre todo, para que el sol tenga la ocasión de pintar el arco iris en el cielo. Les gusta aprender y que les tengan paciencia si se equivocan, que los abracen si están tristes y que sus madres les repitan que siempre estarán a su lado.

Mañana, sábado 26 de octubre, Aspanoa organiza en los Cines Aragonia el estreno de ‘Proyecto Guillén’, un documental que cuenta la maravillosa aventura de un maestro, Javier Mur, y de sus alumnos del Colegio Minte de Monzón cuando uno de ellos se tiene que ausentar para curar un cáncer. Javier no sabía qué hacer, pero sabía lo que quería. Eso es lo más importante. Da igual lo que los maestros hacen. Importa lo que quieren y Javier quería que Guillén supiera que tenía un sitio preparado para cuando volviera. Sus compañeros le enviaban esperanza permanentemente sirviéndose de vídeos en los que le contaban lo que aprendían. Querían que Guillén, estuviera en su casa o en el Hospital Infantil de Zaragoza, supiera que era uno de ellos, que todos, de algún modo, estaban en el aula del Hospital. La sonrisa de Guillén, como la de todos los niños enfermos, se convirtió en la medida de todas las cosas. Y Guillén ganó la batalla. Y sus amigos también.