Si no sabes, mídelo
El Profesor Perplejo tuvo la otra noche una extraña pesadilla: soñó que unos padres servían a sus dos hijos una minúscula tarta con un cuchillo y les invitaban a repartirse el pastel. Y claro: los dos acabaron a la greña. Entonces, el Profesor entró en la habitación y les dijo algo tan sencillo como: «¿No se os ha ocurrido poneros de acuerdo y pedirles a vuestros padres que la tarta sea más grande, suficiente para vuestras necesidades?». Menudo iluso... En España, la reflexión es la antesala del fracaso, amigo: mientras uno sacaba regla y cartabón, el otro medía densidades de harina y huevo.
Alguno dirá: qué tontadas dice Perplejo. Uno está mayor, sí, aunque conoce bien la regla de oro de la chapuza ibérica: si no sabes qué hacer con algo, mídelo. Pero claro, mídelo bien, no vaya a ser que hagas una ley educativa que adapte la escuela al mercado laboral "para orientarles hacia la vía educativa que mejor se adapte a sus necesidades y aspiraciones" y luego resulte que somos la segunda tasa de paro juvenil de la UE (35%) y el país de la misma con peores condiciones laborales para jóvenes. En educación, cifra sin reflexión es desvarío, reflexión sin cifra es aire. Y todo por no invertir. Es más barato desvirtuar la FP, imposibilitar cualquier consenso educativo entre partidos, sobrecargar los programas educativos de contenidos absurdos, enfrentar a las redes educativas por unas migajas. Y si no saben qué hacer, exhiben cifras, muchas cifras.
Jorge Sanz Barajas es profesor y escritor