Drones
En los últimos días, un ataque con drones a refinerías de petróleo de Arabia Saudí ha mermado la capacidad productora de estas instalaciones y tensionado aún más las relaciones de este país con Irán, al que Estados Unidos acusa de estar detrás de los rebeldes yemeníes que han perpetrado las acciones. La escalada violenta está servida. En medio de la confrontación bélica, hombres, mujeres y niños yemeníes seguirán muriendo de pobreza y bombas.
Al hilo de este hecho me pregunto si la tecnología ayuda a construir seguridad y paz. O todo lo contrario. Pensemos en los drones, esos artefactos automáticos que pueden fotografiar, espiar, disparar y asesinar selectivamente… Pueden servir para eliminar vidas, pero también para salvarlas. La clave está en la mente humana que decide su uso. La Constitución de la UNESCO dice: "Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz". Es en la dimensión humana, las mentalidades y los discursos y su proyección en la política donde ha de construirse el acercamiento y la distensión entre los líderes y los pueblos en conflicto. De ahí la necesidad de alertar sobre la irresponsabilidad de desarrollar los llamados robots asesinos, armas no sólo automáticas sino autónomas, con capacidad de tomar decisiones a partir de un software incorporado, sin mediación humana. Basar la seguridad en la prepotencia tecnológica eliminando la relación humana solo puede conducir al desastre.
Presidenta de la Fundación Seminario de Investigación para la Paz