Cooperación institucional
La reunión que ayer mantuvieron Javier Lambán y Jorge Azcón abre una nueva etapa de entendimiento entre el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza. Después de varios años de estéril distanciamiento entre las dos instituciones más relevantes de la Comunidad se impone que, a pesar de las diferencias ideológicas, ambas consoliden una fase de intensa colaboración sustentada en la cooperación y la lealtad
En las democracias liberales, el progreso y el bienestar están directamente relacionados con la fortaleza de sus instituciones y la confianza que en ellas depositan los ciudadanos. En el caso de Aragón, tanto su gobierno autonómico como los ayuntamientos de las tres capitales de provincia están firmemente consolidados después de más de cuatro décadas de democracia. No obstante, existe otro factor también muy relevante para el desarrollo social, la cooperación entre estas instituciones, que en el devenir de la Comunidad ha sufrido una evolución muy desigual según ocupase los despachos principales en el Pignatelli y en la plaza del Pilar. Así, en la última legislatura, los frecuentes desencuentros entre Javier Lambán y Pedro Santisteve han sido una gran rémora para sacar adelante proyectos necesarios para la ciudadanía. Por ello hay que congratularse del buen tono alcanzado ayer en el encuentro entre el presidente de la Comunidad y el nuevo alcalde Zaragoza.
Para empezar, son señales muy positivas el compromiso conjunto para impulsar la nueva Romareda y la cita de noviembre con el objetivo de celebrar por primera vez la comisión bilateral entre las dos administraciones, un organismo previsto en la ley de capitalidad aprobada en 2017 que nunca se ha llegado a reunir. Hay que instar a ambas instituciones a que, aprovechando la buena sintonía personal, este clima de entendimiento siga cristalizando en decisiones concretas en beneficio de Aragón y de su capital.
