La visita de Pablo Echenique a las Cortes de Aragón buscó ayer lanzar un mensaje de rápida conexión entre Zaragoza y Madrid para inclinar en beneficio de Unidas Podemos el resultado del acuerdo cuatripartito. Yerra Echenique al comparar lo local con lo nacional y más aún si piensa que el entramado político aragonés es exportable. Ni Javier Lambán es Pedro Sánchez ni Nacho Escartín responde a las coordenadas de Pablo Iglesias, pero lo que realmente es diferente y hace imposible cualquier traslado es la presencia del PAR. 

Los tres escaños que posee Arturo Aliaga en la calificada por él mismo como la "legislatura del atrevimiento", le han vuelto a convertir en "el clavito del abanico", aunque a tenor de lo escuchado ayer por boca del presidente del PP, Luis María Beamonte, pueden darse por rotos los puentes que tradicionalmente habían unido a ambas formaciones. Será muy difícil que el PP vuelva a mirar al PAR, no así Ciudadanos, que se esforzó en dejar la puerta abierta huyendo del portazo de Beamonte. Así, desde la tribuna de oradores, aparte de definirse los papeles de la oposición, sus posibles estrategias y liderazgos, también se observaron algunos de los riesgos que implica el traslado a Aragón de los mismos mensajes que se escuchan en Madrid.