Más difícil todavía

Lambán intenta el más difícil todavía en materia de coaliciones.
Lambán intenta el más difícil todavía en materia de coaliciones.
José Miguel Marco

La política aragonesa, a lo largo de varias décadas, había vivido casi todas las combinaciones posibles... hasta hoy, fecha en la que va a ser borrado el ‘casi’. Desde el pacto PAR-PP en el que se apoyó, en 1989, el gobierno de Hipólito Gómez de las Roces, los regionalistas habían acariciado lo que entonces se llamaba el pacto a la vasca -la alianza de los nacionalistas con los socialistas-.

Y esa fórmula al final prosperó y se aplicó durante los tres mandatos consecutivos de Marcelino Iglesias, entre los años 1999 y 2011. Y vino después el mandato de cuatro años de Luisa Fernanda Rudi, siempre con el PAR. Javier Lambán, tras las elecciones de 2015, abrió una vía inexplorada, la de la alianza con CHA, y dejó fuera del poder al PAR por primera vez en casi seis lustros.

Un breve paréntesis, ya que hablamos de los últimos treinta años de la historia política de Aragón, una historia que hoy da otra vuelta de tuerca. La geometría del nuevo gobierno de Javier Lambán será tan variable que acogerá a PAR y CHA, a los que une el aragonesismo, y a Podemos, que poco o nada tiene que ver ideológicamente con el partido de Arturo Aliaga.

Las formaciones aragonesas han sabido unirse en grandes asuntos que afectan a la Comunidad -comunicaciones, agua, despoblación...-, pero también es cierto que puede haber un abismo en temas como los impuestos o la política educativa. Lambán tendrá que lidiar y conciliar estas contradicciones, pero, mientras se ve cómo funciona el experimento, le ha dado sopas con honda a su jefe al pactar a la vez y a todas las bandas.

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