Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Por
  • Alberto Jiménez Schuhmacher

Cancertines

El investigador Alberto Jiménez Schuhmacher, en el entorno del Parque del Agua, donde correrá este mes de junio la V Marcha contra el cáncer.
El investigador Alberto Jiménez Schuhmacher.
Juan Antonio Pérez Vela

Una máxima de Carlos López Otín, el ser humano vivo al que más admiro, dicta que cualquier persona que viene al laboratorio en busca de salud o conocimiento es más importante que el más importante de mis experimentos. No puedo estar más de acuerdo. Gracias a esta convicción he conocido a gente extraordinaria que da sentido a mi vida. A mi día a día, aunque le falten horas.

Así he conocido que el síndrome de Noonan no es solo una enfermedad para la que hicimos un modelo con el que descubrimos, entre probetas y pipetas, algunos tratamientos. Este síndrome tiene el nombre de Iván, un niño maravilloso que ama los petardos del que aprendo cada día. También de su hermana Ada y sus padres Víctor y Verónica, que son personas a las que admiro y parte de mi familia. Aprendí de Laura, cuyos últimos mensajes recordaré toda la vida. Sandra, luchando por su hermano, inspiró una de mis líneas de investigación. Del joven zaragocista Mario aprendo a sonreír. Aprendo de personas como Amparo y Marga, que tienen una vida y una fecha de caducidad.

De Ángel aprendo de protocolo y de la vida. Lleva ‘cancertines’, calcetines de dibujos y colorines para llamar la atención y desdramatizar las cosas en el mundo de la enfermedad. Hoy he sabido, Ángel, que has tenido una recaída y quería mandarte ánimos, decirte que lo siento por ti y por las enfermeras del Servet que te cuidan y están a régimen porque van a engordar con tus pasteles. Y que cuando doy charlas, desde que te conocí, llevo calcetines con sonrisas.

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