Por
  • Juan Luis Saldaña

Extrema ingenuidad

Muchos partidos del arco parlamentario proponen cosas raras.
Muchos partidos del arco parlamentario proponen cosas raras.
Zipi / Efe

El miedo no alimenta, pero ayuda a mantener el poder. Hemos estirado el chicle por un lado y ahora vemos que también se alargó por el otro. Suele pasar. Vox es una reacción a Podemos. El miedo de un lado se invocaba con la palabra ‘populista’ y ahora se invoca con la expresión ‘extrema’ desde el otro. Pero la democracia es otra cosa. Podemos no era el coco. Vox no es un grupo de neonazis tatuados. No hay más que ver la foto de los miembros de este partido ante las Cortes de Aragón en el día de la formación de la mesa. Parecían un club de filatelia. Vox, además, parece tener poco recorrido parlamentario y poca capacidad organizativa. La política debería vencerlo en los foros adecuados para ello. Pero quizá sea más rentable hacerlo fuera.

La democracia es así: nos hemos cansado de decir en otros ámbitos que quien quiera puede cambiar la Constitución dentro de los cauces legales. Si Vox quiere, por ejemplo, quitar las comarcas, que lo intente. Blanquear es algo que ya han hecho sus votantes. El deber del adversario político es, más bien, pinchar el globo. Fingir un escándalo superlativo porque un partido haga propuestas llamativas es un infantilismo intolerable. Hay muchos partidos que proponen cosas raras en el arco parlamentario. Pero nos interesa más el escándalo. El extremo cinismo. El extremo miedo. El extremo interés. O nos calmamos todos, o la democracia al río.

Juan Luis Saldaña es escritor y periodista

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