Huesca, un relato inacabado
Calificado ayer por la líder del Partido Popular en el Ayuntamiento de Huesca, Ana Alós, como "un acto de transfuguismo que se está amparando en el anonimato", el pleno de constitución del Consistorio oscense que, por sorpresa y gracias a un voto en blanco, dio la alcaldía al socialista Luis Felipe (PSOE)requiere, por simple respeto a los ciudadanos, ser aclarado. No resulta de recibo que los vecinos desconozcan el sentir real y la postura de sus concejales y menos aún parece aceptable que la mentira y el equívoco buscado quede instalado en el Ayuntamiento. Huesca no puede arrancar cuatro años de mandato desde la ocultación
La popular Ana Alós asegura estar estudiando todos los "instrumentos legales" a su alcance, entre ellos la moción de censura, para "limpiar el nombre" de los nueve concejales populares y el del único edil de Vox. Puede resultar importante para Alós aclarar esta cuestión, ya que gracias al voto en blanco perdió la alcaldía, pero por encima de la legítima exigencia de ella misma y de su partido, el plenario del consistorio oscense haría bien en clarificar una cuestión que rompió la disciplina de partido sin previo aviso y que solo sirve para proyectar una imagen negativa sobre la reputación del consistorio. Los representantes municipales son los depositarios de un mandato popular que no puede ignorar a los vecinos de Huesca ni a su deseo de conocer quién y por qué se activó ese voto en blanco, un hecho que implica un ridículo nacional. Que un concejal se oculte tras la mentira solo anima a todo tipo de interpretaciones, mientras que deslegitima su papel como munícipe. Sostener el futuro gobierno de la ciudad en este atípico arranque o pensar que el tiempo termina por olvidarlo todo no deja de introducirnos en la irregular política del avestruz. La ciudad de Huesca no se merece este relato inacabado.