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  • Heraldo de Aragón

La hora de la responsabilidad

Victoria electoral del PSOE en las elecciones generales.
Frente a la petición de la multitud para que no gobierne con Rivera, Sánchez ha advertido de que el PSOE no va a poner cordones sanitarios como hizo en la campaña Ciudadanos con el PSOE.
Agencias/Efe/Reuters

Los ciudadanos se han manifestado en las urnas de forma mayoritaria. El PSOE gana las elecciones generales y podrá elegir socios para gobernar en un Parlamento aún más fragmentado por la entrada de la extrema derecha. Esta fragmentación, de cualquier modo, no debe dar paso a la parálisis, como ocurrió tras las elecciones de diciembre de 2015, sino a un periodo de negociación y pacto que acabe configurando un Gobierno que se construya sobre dos premisas: el constitucionalismo y la estabilidad. Los españoles les han dicho a sus partidos que deben dialogar y entenderse por el bien del país.

Las elecciones generales del 28-A tienen un claro vencedor, Pedro Sánchez, con 123 escaños. Pero el candidato socialista vuelve a necesitar apoyos para gobernar. Tiene a mano la alternativa que le llevó a ganar la moción de censura con los independentistas de ERC, aunque esta opción siempre ha dividido a su partido y no le sirvió para evitar el anticipo de las elecciones. Además, tendría que lidiar con la voluntad excluyente del nacionalismo catalán. Suma también con Ciudadanos (123 más 57), una alianza de la que tanto unos como otros han renegado, pero que daría origen a un gobierno templado y constitucionalista, que es precisamente lo que más necesita el país. Son posibles también otras alianzas. No obstante, todos los posibles pactos se van a ver muy comprometidos en los próximos días por las estrategias internas de los partidos, que acaban de sufrir intensos cambios aún antes de medir de nuevo sus fuerzas en las inminentes elecciones locales: el PP se desploma con el peor resultado de su historia; Ciudadanos sube y disputa el liderazgo del centro-derecha; Podemos cae, aunque puede ser clave para una mayoría de izquierda; y la extrema derecha (Vox) entra en el Congreso, pero al hacerlo ha facilitado la victoria de Sánchez. Si Podemos irrumpió por la crisis económica de 2008; Vox lo ha hecho por la crisis constitucional en Cataluña y ha obtenido un gran botín, aunque lejos de las expectativas que se habían generado en las últimas semanas.

Los comicios tienen otras lecturas, como el ‘sorpasso’ de Ciudadanos al Partido Popular en Aragón. E inquietan fenómenos peligrosos como el auge de Bildu en el País Vasco. De cualquier modo, el primer desafío es la formación de un gobierno que no dependa ni de los extremismos ni de los independentistas. No hay duda de que las negociaciones serán complejas, pero los constitucionales deben abordar esta tarea con ánimo constructivo. Después de tres años en los que el diálogo político ha brillado por su ausencia, los partidos tienen que retomar la vía de la negociación para abordar los problemas que tiene nuestro país. Esta es la mejor manera de responder al mensaje de las urnas.

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