Por
  • Pablo Guerrero Vázquez

Juventud

Rafael Arias Salgado
Rafael Arias Salgado
Guillermo Mestre

Un joven pastor, y excelente poeta, dejó escrito aquello de que sangre que no se desborda / juventud que no se atreve / ni es sangre, ni es juventud / ni relucen, ni florecen. Era 1937, y la realidad española, que hay que conocer, y recordar, era afortunadamente muy distinta a la actual. Hoy que la juventud se atreva y tenga iniciativa continúa siendo magnífico, pero que la sangre se desborde, y las pasiones se sobrepongan a la razón, es una tristísima noticia.

Hace unos días acudió a Esade Rafael Arias Salgado, diputado constituyente, para presentar una asociación estudiantil. La asociación ha sido impulsada por varios alumnos entusiastas que, con cariño y esfuerzo, han puesto en marcha este proyecto para propiciar un diálogo, sosegado y tranquilo, entre jóvenes con diferentes posicionamientos ideológicos. Iniciativa y racionalidad parecen haberse dado la mano en una empresa que, ojalá, crezca robusta y envejezca bien, fomentando la concordia.

Durante el acto, Arias Salgado sintetizó los pasajes más controvertidos de la Constitución. A saber, aquellos relacionados con la cuestión territorial. Fue preciso donde debía y conciliador durante toda su intervención. Recordó la magnitud del reto al que se enfrentaron los constituyentes y cómo con voluntad, y cesiones mutuas, alcanzaron un gran acuerdo.

En aquel momento, la mayoría de ellos, incluido Arias Salgado, eran más jóvenes que los principales líderes políticos de hoy, a los que la razón no les asiste siempre como debería.

Profesor de Derecho Constitucional (Esade)

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